jueves, 7 de agosto de 2008

DE LA HOYA-PACQUIAO: UNA CUESTIÓN DE PESO


Un choque que tuvo sus raíces en un delirante sueño enunciado por el comentarista de HBO, Larry Merchant, en un comentario casi al pasar hecho varios meses atrás que ha tomado vida propia y que amenaza ser la última gran pelea del 2008.
Para Oscar De La Hoya, representa la estrategia de escape perfecta, una oportunidad para cimentar su legado al tiempo que se aleja hacia el retiro.
Para Manny Pacquiao, representa una oportunidad para consolidar su reclamo como el mejor practicante libra por libra de este deporte.
Para los fanáticos del boxeo, es una oportunidad de ver en vivo, sobre un ring, una de esas peleas computarizadas simuladas de fantasía.
Dados los muy desparejos tamaños de estos futuros rivales (Pacquiao entró en el juego profesional como un peso paja de 106 libras, y De La Hoya es un ex campeón mediano) el último grito de gloria del Niño de Oro pone a prueba de tal manera los límites del viejo adagio de "buen hombre grande vs. buen hombre pequeño" que quizás sea apto revivir otras actuaciones igualmente históricas, como cuando Jesse Owens compitió con un caballo de carrera como con otras peleas históricas del pasado.


La mayoría de los observadores le dan crédito a Merchant por tener la idea original, pero si Oscar decidió pelear con Manny o Manny decidió pelear con Oscar dependerá de a quién le pregunten.


"Manny quería esta pelea, o no hubiese pedido hacerla", dijo el entrenador de Pacquiao, Freddie Roach.


Sin embargo, cuando se le pidió una cronología, Roach admitió que le llevó la propuesta a Pacquiao solamente luego de que el armador de peleas de Golden Boy, Eric Gómez le transmitiera ese interés al mismo De La Hoya, poco tiempo después de que Antonio Margarito eliminara la candidatura de Miguel Cotto a ser rival de Oscar en diciembre. Una vez que Pacquiao asintió entusiasmado, Roach le pidió al promotor de Top Rank Bob Arum que haga realidad el combate.


De La Hoya vs. Pacquiao no es un trato ya terminado, pero podría serlo en un par de días. La pelea sigue en negociaciones, con Arum y el ejecutivo de Golden Boy Richard Schaefer buscando solucionar todos los obstáculos, pero el punto esencial ya ha sido acordado: la pelea del 6 de diciembre será disputada en el límite de las 147 libras.


La pregunta, entonces, es la siguiente: ¿quién tiene la ventaja? O más apropiadamente aún: ¿qué boxeador se verá afectado adversamente por la movida a las 147?


Pacquiao pesó 106 libras en su debut profesional, e hizo campaña durante varios años como mosca y gallo. A pesar de que ha estado peleando desde el 2005 en las 130 libras, su pelea de título mundial del CMB ante David Díaz en junio fue su primera pelea como peso ligero, y las 147 le representan un terreno completamente desconocido.



De La Hoya ganó el oro olímpico en 1992 en las 132 libras, y pesó apenas una libra más cuando hizo su debut profesional ante Lamar Williams en noviembre de ese año. Su peso competitivo más ligero fueron las 128½ que pesó cuando peleó por el título (ante Jimmy Bredahl en 1994), y el más pesado fueron las 160 libras (para su combate por el título de peso mediano ante Felix Sturm una década más tarde).



Los 150 que pesó cuando derrotó a Steve Forbes en mayo fueron el peso más ligero de De La Hoya desde que pesó 147 ante Arturo Gatti hace siete años atrás, que fue la última vez en la cual Oscar tuvo que alcanzar el límite del peso welter. Más aún, tuvo marca de 2-2 en sus últimas cuatro peleas en ese peso, perdiendo ante Félix Trinidad y Shane Mosley pero derrotando a Gatti y al poco conocido Derrell Coley.


A pesar de que Pacquiao estará entrando al ring con una docena de libras más que en su pelea anterior, y que De La Hoya estará bajando solamente tres libras desde su última pelea, Mackie Shilstone, el gurú del acondicionamiento físico que se hizo famoso al transformar a Michael Spinks en un peso pesado creíble, cree que el hombre más pequeño es el que lleva la ventaja.


"Aún cuando tenga menos peso para perder, el hombre que viene de arriba tiene el mayor problema", le dijo Shilstone a ESPN.com desde su centro de entrenamiento en Nueva Orleans. "Es mucho más fácil hacer que un tipo suba, aún si tiene mucho por subir, porque sin importar la condición en que se encuentre, el que pierde peso corre el riesgo de perder el peso equivocado".
"Nosotros acabamos de hacer un estudio usando un escáner DEXA (utilizado para medir la densidad de los huesos) en el cual tvimos a seis personas que participaban de un programa de manejo de peso junto a un pateador de la NFL", dijo Shilstone, quien también ha trabajado con Roy Jones y Bernard Hopkins en sus viajes hacia arriba y abajo en las balanzas. "Los civiles perdieron entre 7 y 20 libras por persona. El jugador de la NFL perdió 10, pero al hacerlo también perdió dos libras de músculo".



Roach también cree que su boxeador se beneficiará más por el peso al que ha acordado llegar.


"Manny pesó 135 para Díaz, pero entró al ring pesando 146", dijo Roach. "Francamente, pienso que Oscar se verá afectado al tener que lograr el peso límite por primera vez en muchos años. Él bajó a 150 para Forbes, pero si Forbes pudo romperle un poco la cara y sacudirlo un par de veces, yo se que Pacquiao será mucho más rápido y pegará mucho más duro que Stevie Forbes".


El ex campeón de peso pesado de la FIB Chris Byrd lo ha experimentado en ambos extremos. Byrd hizo su debut profesional en las 169 libras, subió hasta las 219 en su tiempo como peso pesado, y luego regresó hasta las 174 para su pelea más reciente ante Shaun George, con consecuencias desastrosas.


En retrospectiva, Byrd parece concordar que probablemente hubiese podido usar la ayuda de un Mackie Shilstone durante ambas experiencias.


"Yo nunca tuve a un entrenador personal, por lo cual nunca supe la manera correcta de hacer las cosas", dijo Byrd. "Cuando yo estaba subiendo de peso, simplemente comía mucho, bebía batidas concentradas y trabajaba con pesas. Luego, cuando tomé la decisión de volver al peso semipesado, simplemente corrí hasta caer desmayado. Llegué a correr 28 km por día. El peso desapareció, pero ya pueden ver cuánto me quitó físicamente también. Ningún otro boxeador debería pasar por lo que yo pasé".


Al mismo tiempo, Byrd cree que las circunstancias especiales del encuentro que se avecina favorecen a su compañero del equipo olímpico de 1992.


"Obviamente, el tipo que tiene que perder peso debería pasarlo peor que el tipo que tiene que subir de peso, pero esto es diferente", dijo Byrd.


"Pacquiao va a estar subiendo, mientras que Oscar solamente tiene que perder un par de libras desde su pelea con Forbes. Yo apuesto a que no va a pesar más de 162 cuando llegue al campo de entrenamiento, y estará pensando 'hey, todo lo que tengo que hacer es bajar tres libras más de las que bajé para la última pelea'".


"Manny lució bien en las 135, pero va a estar subiendo mucho, por lo cual no solamente va a enfrentar a un tipo que es mejor a todos los que ha enfrentado, sino a uno que es más grande, con más alcance y más pegada", dijo Byrd. "Oscar tiene mucha habilidad. Todavía puede hacerlo, h todos saben que va a ir a buscar la pelea, sabiendo que es su último combate. Siempre ha sido un boxeador especial".


La brecha que Pacquiao tiene que cerrar para llegar a De La Hoya probablemente será menor que las 12 libras que estarán en los papeles.


"El hecho de que hayamos concordado en un límite de 147 libras no significa que Pacquiao vaya a pesar 147", dijo Roach. "Probablemente va a estar en las 141 ó 143, lo cual significa que podrá pesar alrededor de 147 al momento de subir al cuadrilátero. Oscar probablemente vaya a pesar 157 cuando suba al ring, pero la diferencia no va a ser tan importante. De todos modos, no quiero que Manny sea el pegador. Vamos a ganar esta pelea con velocidad y movimiento".


A pesar de que el espectro de 41 libras entre el peso más bajo de Pacquiao y el límite para la pelea de diciembre parece ser formidable, el libro de récords está lleno de precedentes, yendo desde Byrd y Roy Jones hasta Roberto Duran y George Foreman.


La diferencia más amplias entre todas las conocidas quizás le pertenezca a Sam Langford: alegadamente pesaba 140 libras cuando le ganó a Joe Gans en 1903 (y solamente 156 libras cuando peleó con Jack Johnson tres años más tarde), pero llegó a pesar 198 en una de sus 13 peleas ante Joe Jeanette.


Claro que, para entonces, Langford ya estaba entrado en años, lo cual nos trae a otro punto.


A sus 29 años, PacMan estará en su mejor momento, mientras que a sus 35 los mejores días de De La Hoya estarán casi seguramente en su pasado.


"De La Hoya ya no es lo que era, eso es seguro", dijo Roach. "Si Oscar estuviese en su mejor momento, yo no hubiese aceptado esta pelea".

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