Francisco Javier Castillejo (Parla, 22 de marzo de 1968) ha sido seis veces campeón de Europa y nueve del mundo de los pesos superwelter y medio (dos de ellas interino). Su récord es espectacular, con 62 victorias (43 por KO) y sólo ocho derrotas. Sin embargo, con 40 años, su derrota por KO ante Sebastian Sylvester en Neubrandemburgo (el pasado 12 de abril) fue la más dolorosa y supuso la pérdida del cetro europeo.
Dos meses después de caer ante Sylvester, ¿cómo se encuentra?
Pues recuperándome. Empecé a entrenarme fuerte hace ocho días y estoy empezando a coger la forma otra vez, poco a poco, aunque tampoco he perdido demasiado.
¿Ha asimilado ya la derrota?
Estoy en ello. Te haces muchas preguntas y a veces no encuentras respuestas. Me pregunto por qué no me salieron las cosas y qué errores pude cometer. Además, me cuesta quitarme de la cabeza que, tras ganar o plantar cara a los mejores del mundo, perdí contra el rival más flojo con el que me he jugado un título.
Entonces, ¿qué sucedió?
Quizá no me encontré bien, no estuve cómodo. No sé… todavía no he visto el vídeo. Cuando lo vea y analicemos los fallos espero empezar a tenerlo más claro.
¿Le gustaría disputar una revancha contra Sylvester?
Por supuesto. Es mi sueño. En más de 20 años que llevo boxeando, nunca había tenido una espina tan clavada. No te imaginas las ganas que tengo de sacármela. Quiero demostrar que soy más boxeador que él, pero será difícil. Los alemanes no son tontos. Saben que se les apareció la Virgen y querrán evitar esta pelea.
¿Qué planes tiene para el futuro?
Mi intención es hacer una pelea, en septiembre o en octubre, en La Cubierta de Leganés. Quiero meter 15.000 personas, porque ése podría ser mi último combate en España. Y a partir de ahí, tendría que pelear por el título europeo o por el mundial, porque ya no estoy para empezar de cero. Habrá que ver cómo me ranquean.
Porque la opción de retirarse no la contempla actualmente...
A ver… ya estoy preparando mi adiós. Tengo 40 años y sé que esto no es eterno, pero no puedo retirarme de esta forma. He sido ocho veces campeón del mundo en dos categorías diferentes y no puedo dejarlo así, ni por la afición, ni por mi familia ni, evidentemente, por mí mismo.
¿Qué le dicen los suyos?
Mi familia y Ricardo (Sánchez Atocha, su entrenador y manager) me apoyan como siempre, pero no me dicen nada. Ellos saben que yo tomaré la mejor decisión.
¿Cómo se explica que un gran campeón como usted pase tan inadvertido en España?
Es penoso. Me he sentido maltratado casi siempre, pero al final te acostumbras. Es muy triste. Me siguen ninguneando después de todo lo que he logrado y a otros que han ganado mucho menos los tratan como héroes. Podría denunciar muchas cosas, pero prefiero hablar sobre el ‘ring’. Al final, peleo para mí y para los míos.
El boxeo español sigue bajo mínimos. ¿Hay visos de mejoría?
En mis dos décadas de profesional, el boxeo español vive ahora su peor momento. La situación es caótica. Recuerdo cuando peleaba por el Campeonato de España y los pabellones se llenaban. Ahora, se montan peleas y todos quieren entrar gratis, nadie se implica… y organizar veladas es muy complicado. La gente paga 60 euros para ver cualquier partido y no quieren gastarse 15 por una buena velada.
Con su retirada, languidecerá aún más el boxeo en España, un deporte que necesita figuras de su estilo.
Dos meses después de caer ante Sylvester, ¿cómo se encuentra?
Pues recuperándome. Empecé a entrenarme fuerte hace ocho días y estoy empezando a coger la forma otra vez, poco a poco, aunque tampoco he perdido demasiado.
¿Ha asimilado ya la derrota?
Estoy en ello. Te haces muchas preguntas y a veces no encuentras respuestas. Me pregunto por qué no me salieron las cosas y qué errores pude cometer. Además, me cuesta quitarme de la cabeza que, tras ganar o plantar cara a los mejores del mundo, perdí contra el rival más flojo con el que me he jugado un título.
Entonces, ¿qué sucedió?
Quizá no me encontré bien, no estuve cómodo. No sé… todavía no he visto el vídeo. Cuando lo vea y analicemos los fallos espero empezar a tenerlo más claro.
¿Le gustaría disputar una revancha contra Sylvester?
Por supuesto. Es mi sueño. En más de 20 años que llevo boxeando, nunca había tenido una espina tan clavada. No te imaginas las ganas que tengo de sacármela. Quiero demostrar que soy más boxeador que él, pero será difícil. Los alemanes no son tontos. Saben que se les apareció la Virgen y querrán evitar esta pelea.
¿Qué planes tiene para el futuro?
Mi intención es hacer una pelea, en septiembre o en octubre, en La Cubierta de Leganés. Quiero meter 15.000 personas, porque ése podría ser mi último combate en España. Y a partir de ahí, tendría que pelear por el título europeo o por el mundial, porque ya no estoy para empezar de cero. Habrá que ver cómo me ranquean.
Porque la opción de retirarse no la contempla actualmente...
A ver… ya estoy preparando mi adiós. Tengo 40 años y sé que esto no es eterno, pero no puedo retirarme de esta forma. He sido ocho veces campeón del mundo en dos categorías diferentes y no puedo dejarlo así, ni por la afición, ni por mi familia ni, evidentemente, por mí mismo.
¿Qué le dicen los suyos?
Mi familia y Ricardo (Sánchez Atocha, su entrenador y manager) me apoyan como siempre, pero no me dicen nada. Ellos saben que yo tomaré la mejor decisión.
¿Cómo se explica que un gran campeón como usted pase tan inadvertido en España?
Es penoso. Me he sentido maltratado casi siempre, pero al final te acostumbras. Es muy triste. Me siguen ninguneando después de todo lo que he logrado y a otros que han ganado mucho menos los tratan como héroes. Podría denunciar muchas cosas, pero prefiero hablar sobre el ‘ring’. Al final, peleo para mí y para los míos.
El boxeo español sigue bajo mínimos. ¿Hay visos de mejoría?
En mis dos décadas de profesional, el boxeo español vive ahora su peor momento. La situación es caótica. Recuerdo cuando peleaba por el Campeonato de España y los pabellones se llenaban. Ahora, se montan peleas y todos quieren entrar gratis, nadie se implica… y organizar veladas es muy complicado. La gente paga 60 euros para ver cualquier partido y no quieren gastarse 15 por una buena velada.
Con su retirada, languidecerá aún más el boxeo en España, un deporte que necesita figuras de su estilo.
1 comentario:
nice web site
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