viernes, 25 de enero de 2008

ENTREVISTA DE NOTIFIGHT AL ÁRBITRO MÁS FAMOSO: JOE CORTEZ


Se trata de uno de los mejores árbitros de todos los tiempos. Con una sencillez expuesta todo el tiempo, el neoyorquino que pronuncia claramente el castellano, atendió a la prensa en una entrevista donde habló de todo. Su pasado como boxeador, los combates mundialistas, Mike Tyson, los seminarios en todo el mundo, la Argentina.
Nos anunciamos en la recepción vía telefónica. Una voz que pronuncia el castellano como a los “saltos” nos atiende y, con premura, nos responde que sí, que acepta la propuesta de realizar una entrevista en el lobby del hotel Península, una de los tradicionales de la ciudad de Puerto Madryn. Al rato, una figura de estampa firme y calva brillante se contornea en búsqueda del interlocutor desconocido. Hasta que vamos a su encuentro, estrechándole la mano diestra. Mira fijo a los ojos, no se le mueve un músculo y nos sigue en el camino rumbo al sillón mullido que emerge en una especie de living, al lado de los ascensores; tal vez los elementos que por su antigüedad denoten la larga existencia de la propiedad.
Apenas sentados, entrevistado y entrevistador, el buen humor gobierna la escenografía. Claro, la respuesta inicial del estadounidense cuyos ancestros tienen orígenes en Puerto Rico, sirvió para astillar el hielo.
-Bienvenido a la zona, es un placer enorme que esté junto a nosotros...
-El placer es mío. Es la tercera vez que llego a la Argentina pero la primera vez que estoy en la Patagonia. Es un lugar por lo que pude conocer hoy, muy lindo. Hay mucha naturaleza. Recién hablaba con mi mujer que me acompaña acerca de tener alguna propiedad en este lugar. Es muy lindo.
-Y para ustedes que vienen de Las Vegas, debe ser un gran contraste...
- Es muy distinto. Las Vegas donde vivo desde hace quince años es la capital del entretenimiento, muchos edificios, hoteles imponentes. Este lugar es abierto, con fauna, es muy agradable.
- Bueno, hablemos de boxeo. Omar Narváez dijo en la conferencia de prensa del lanzamiento de la pelea que usted siempre lo ha ponderado. Que lo trató de gran boxeador...
- No solo es un gran boxeador sino que también se trata, en lo poco que lo conocí, de una gran persona. Es un guerrero, talentoso y que tiene mucha experiencia. Tuve la suerte de dirigirlo en el Luna Park contra...bueno, no recuerdo el nombre de...
- Adonis Rivas, de Nicaragua...
- Así es, Rivas. Fue una gran pelea de vuestro campeón, muy linda para dirigir.
- ¿Conoce a Tamara, el retador colombiano?
- No, no he visto nada de él. No se que estilo posee ni como se mueve en el ring. Eso sí, estoy seguro y para que la gente pueda disfrutar se van a “fajar” de lo lindo.
- ¿Cómo?
- Sí me gustan que se “fajen” –N. De la R: sinónimo de golpearse de campana a campana. Va a ser una gran batalla, estoy seguro.
-¿Cómo nace su relación con el boxeo?
- Siendo boxeador. Tuve un gran pasado como amateur donde gané el premio “Guantes de oro” de Nueva York. Luego me mantuve en veinte oportunidades como profesional hasta que nacieron mis primeros hijos y pensaba en que no iba a tener tanto futuro como en el ranking. Era categoría gallo y no me gustaba que me peguen, sobre todo en la cara.
- Dirigió muchos combates, ¿tiene preferencia por alguno en particular?
- Es difícil quedarme con una pelea en especial. Arbitre 180 combates por títulos del mundo. Tuve que arbitrar a Mike Tyson en nueve peleas; dirigí a todos: Foreman, Chavez, De la Hoya, Roberto Duran, Hearns, Leonard. Cuando yo empezaba Alí –Muhammad Alí, nacido como Cassius Clay, tal vez el boxeador más grande de todos los tiempos-terminaba su campaña y no nos pudimos cruzar. Capaz que sea el único que me faltó.
- ¿Siente que hay mucha diferencia como se habla entre el boxeo de ahora con el de décadas pasadas?
- A mí me gusta tanto, tanto el boxeo. Capaz que haya diferencias. Antes había solamente dos organizaciones y ahora hay varias. Aunque, al revés de lo que piensan muchos, me parece que esa diversidad le dio más campeones al boxeo, de buena categoría.
Joe, íntimo
“¿Hijo de donde vienes?”, dice que le dijo la madre. Su madre. Inocencia, nacida un 28 de diciembre de hace 95 años, quien lo “regaña” cada tanto en las reuniones familiares. “Venía de las peleas y mi madre, o mi señora, después me preguntaba si, efectivamente, había peleado porque ni siquiera tenía un rasguño. Tal vez el único antecedente que tenga sea un cabezazo que me dieron a la pasada. Tenía un boxeo de estilo, no dejaba que me llegaran”, cuenta orgulloso Joe, quien, al igual que dos de sus tres hermanos nació en los Estados Unidos, mientras que papá y mamá –“mi madre nos crió, sola, en un ambiente complicado, porque mis padres se separaron cuando era pequeño”, agrega-, más el hermano mayor fueron paridos en Puerto Rico: “Me gustan los latinos. Viví quince años en la patria de mis padres, trabajando muy bien al frente de un hotel”, recita Joe con suma frescura. “Ahora en Las Vegas suelo reunirme con varios argentinos que, la verdad-“ amigouu”, le sale- comen bastante. Yo prefiero dejar la mitad de lo que me sirven, así no aumento de peso”, dice mientras su figura al levantarse la camisa de color salmón, luce sin rollo alguno, a pesar de los sesenta años que señala la cédula.
Recuerdos recientes
“Le desconté dos puntos al mismísimo Tyson en su pelea con Kevin McBride luego de un cabezazo deliberado. Arriba del ring soy uno y abajo otro, amigo de todos. No de los boxeadores, ehhh. Prefiero mantener una distancia, aunque cuando se retiran, pasan, en algunos casos a ser amigos”, cuenta, entre otras anécdotas quien en Rocky VI se personificó, de alguna manera, al actuar para las luces del celuloide, de árbitro. La historia relatada, sirve, de cierta forma para amenguar cualquier ánimo de parcialidad que, dice el personaje le han endilgado en una de las últimas presentaciones: “Cuando hice el combate entre Hatton –Ricky, boxeador inglés- y Mayweather, tuve que interrumpir en el primer asalto, once veces la pelea. El británico, acostumbrado a que lo dejen, agarraba y agarraba. No, señor, mis reglas son claras y hay que boxear. Hatton es muy sucio. Pero igual la crítica me castigó. Igual que han dicho que favorezco a los latinos. Por favor, si se fijan le he descontado puntos a todos, inclusive a “Mano de Piedra” Durán, mi paisano”, explica enfervorizado Cortez, mientras gesticula, se para y toma en forma de “clinch” al reportero –perdón, nos “centroamericanizamos”- que sufre la fuerza del “pelado” acostumbrado a pulsear con grandes “osos” en el cuadrilátero: “Debes estar en forma. Tengo un ring en mi casa y entreno y entreno, le pego a la bolsa, a la “pera”- el puchingball-, y así me mantengo en línea. No entiendo esos árbitros que caminan apenas el ring. No, hay que moverse y moverse.
Seminarios gratuitos
Docente, con alma de samaritano, pasea su fisonomía por todo el mundo. Didáctico, reseña que, anda por buena parte del universo jugando a su juego: enseñando boxeo, su gran pasión. “En breve debo estar en Canadá y recientemente estuvimos en Budapest y Alemania. Pero recuerdo lo de Hungría porque me entregaron una medalla muy hermosa. Grande y muy linda”, revela Cortez quien, rememora, que estuvo en nuestro país dando un seminario de las mismas características: “Me gusta el boxeo argentino. Tengo recuerdos de grandes campeones. Monzón, Bonavena, Galíndez, Coggi, Castro a quien dirigí frente a Norris.

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