sábado, 27 de septiembre de 2025

TERENCE CRAWFORD VENCE A CANELO ÁLVAREZ Y ES EL NUEVO REY DEL BOXEO

ENRIQUE MELLADO

Terence ‘Bud’ Crawford (42-0, 31 KOs) sorprendió a todos con una impecable victoria por decisión unánime (112-116, 113-115 y 113-115) frente a Saúl 'Canelo' Álvarez (63-3-2, 39 KOs) en el choque de reyes entre los dos supercampeones. El estadounidense se adueñó de los cuatro cinturones del supermedio que estaban en poder del mexicano y de esta manera se convierte en el primer púgil que ha sido campeón absoluto en tres categorías en la historia del boxeo (superliegro, wélter y supermedio).

Gran combate de Crawford, que no era favorito al subir dos divisiones de peso para esta pelea, en un abarrotado Allegiant Stadium (Las Vegas). El de Omaha supo que ritmo aplicar en cada momento. Sus posibilidades pasaban por un buen manejo de la distancia y en ese sentido lo hizo perfecto. Su boxeo lateral desquició a Canelo y le permitió aplicar combinaciones precisas que su oponente apenas veía venir.

Quizá no fue una pelea de duros y constantes intercambios -salvo el noveno asalto- como aquellos de Canelo contra Golovkin, pero Bud se dedicó a ser efectivo e inteligente en su boxeo. De hecho, los mejores golpes fueron suyos. El tapatío no salió de su estilo frontal y el aspirante se soltó después de tres asaltos al ver lo que había, hasta el punto de tomar la iniciativa, aunque Canelo fuera quien empujara. El rey del supermedio nunca logró atrapar a Crawford y en su esquina le advirtieron desde bien pronto que había que trabajar más. El mexicano no puso excusas tras la pelea, pues entendió que le faltaron recursos más que fondo físico, si bien es cierto que ha librado ya demasiadas batallas.

Había mucha curiosidad averiguar cómo se iba a desenvolver Bud, que está a punto de cumplir 38 años, en esta categoría, y su movilidad fue simplemente perfecta.Es junto a Usyk el boxeador más habilidoso de esta generación y el más laureado, campeón en cinco divisiones y tres veces indiscutido. Canelo era el tipo de rival que le faltaba en su palmarés para recibir el reconocimiento unánime.

ASALTO A ASALTO

Primer asalto relajado, de tanteo, con el mexicano cortando el ring y varios golpes de calidad por parte de Crawford. Rápido en las contras el estadounidense, que sin embargo recibió varios derechazos en el cuerpo en el segundo y una importante caricia en el rostro. El tapatío se mostró explosivo en ataque y veloz en sus habilidosos movimientos defensivos. Concluido el tercer round, Bud seguía muy recatado.

En la cuarta cambió la tendencia, con el de Omaha contragolpeando con mucho éxito. Canelo volvió a buscar el cuerpo de manera acertada y cerró el asalto con un derechazo en todo el rostro de su oponente. Con los dos púgiles ya calientes, comenzó la diversión y en el quinto el mexicano levantó en peso a Bud, como suele hacer cuando no está cómodo y eso era mala señal. De hecho, Terence lanzó cómodas combinaciones en el sexto e hizo fallar mucho a Canelo.

El campeón se vio obligado a presionar más y tratar de acortar la distancia, pero el aspirante escapó bien cuando fue arrinconado, dejando a Canelo sin poder hacer su trabajo. Pasado el ecuador de la contienda, el estadounidense tenía la pelea donde quería. En el octavo, el boxeo lateral de Bud volvió a imponerse. El noveno fue otra cosa, saliendo Terence en tromba y sorprendiendo a Canelo, pero ahí tenía el tapatío la pelea que quería con intercambio de metralla. Debía remontar, pero el campeón no varió en su boxeo frontal y mientras Crawford tiró una combinación bien seleccionada en el décimo, al estilo de Bivol. En el decimoprimero Álvarez estaba desesperado, al igual que en el último.

viernes, 12 de septiembre de 2025

CANELO VS. CRAWFORD: DESAFÍO TOTAL

MARCA.com

Terence "Bud" Crawford se prepara para un nuevo desafío: este 13 de septiembre enfrentará a Canelo Álvarez en Las Vegas, buscando unirse a la élite de boxeadores que han sido campeones mundiales en cinco divisiones. Con un impresionante récord de 41 victorias, 31 por nocaut, y cero derrotas.

Crawford ha forjado una carrera destacada desde su debut en 2008. Su trayectoria está marcada por 19 triunfos en peleas por títulos mundiales, superado solo por figuras como Canelo y Naoya Inoue. Ha conquistado coronas en cuatro divisiones distintas, destacando su ascenso en peso ligero al derrotar a Ricky Burns en Escocia y a Yuriorkis Gamboa. Como superligero, se consolidó al unificar títulos contra Viktor Postol y Julius Indongo.

El mexicano presume un impresionante récord de 63 victorias, 2 derrotas y 2 empates, con 39 nocauts en su cuenta. A sus 34 años, Saúl "Canelo" Álvarez sigue siendo el mandamás del boxeo mundial, y llega con el cartel de superestrella absoluta. Su último combate, en mayo de 2025 ante el invicto William Scull, fue una cátedra de control y pegada: victoria por decisión unánime y otra muestra de que el de Guadalajara sigue en la élite.

Pero su último gran golpe sobre la mesa fue un año antes, en mayo de 2024, cuando enfrentó a Jaime Munguía en un duelo 100% mexicano. Canelo se llevó el triunfo por decisión unánime, entregándole a Munguía la primera derrota de su carrera y reafirmando su reinado.

Campeón mundial en cuatro divisiones distintas, Álvarez ha dejado en el camino a nombres pesados como Gennady Golovkin, Miguel Cotto, Amir Khan, Sergey Kovalev, entre otros. El de Jalisco ya no es aquel adolescente que debutó un 29 de octubre de 2005 en la Arena Chololo Larios con un TKO ante Abraham González. Desde entonces, ha disputado 67 combates profesionales que lo han convertido en leyenda viva del ring.

Ahora, se sube una vez más al cuadrilátero para una pelea que ya hace historia antes de sonar la campana: 150 millones de dólares garantizados, la más alta jamás vista en el boxeo. Un cheque récord para un Canelo que, con esta bolsa, elevará su patrimonio por encima de los 600 millones de dólares. Una bolsa de oro para uno de los nombres más grandes del pugilismo moderno.

jueves, 27 de marzo de 2025

PARA FLOYD MAYWEATHER, TERENCE CRAWFORD ES FAVORITO ANTE CANELO ÁLVAREZ


ENRIQUE MELLADO

El próximo mes de septiembre Canelo Álvarez se enfrentará a Terence Crawford en el que, se presupone, será uno de los grandes combates de los últimos años. Dos campeones indiscutidos frente a frente y dos estilos muy diferentes compartiendo el mismo ring, pero con la singularidad de que el estadounidense va a tener que subir dos categorías de peso para este duelo.

'Bud' ascendió recientemente al superwelter con motivo de su última pelea (agosto), en la que se convirtió en campeón mundial en una cuarta categoría al vencer a Israil Madrimov. Su triunfo dejó dudas, pues Crawford sintió el poder de su rival. Esto hace pensar que quizá ir contra Canelo sin ningún combate de rodaje en su nueva división –supermedio- pueda sonar a suicidio, pero el de Omaha confía en sus habilidades. Con 37 años, era ahora o nunca. Desde el punto de vista físico, Terence tiene que adaptarse a luchar con un volumen mucho mayor, pero en cuanto a tamaño, no se suele comentar que Álvarez mide algo menos (1,71 frente a 1,73) y su envergadura es menor (1,79 frente a 1,88). Con los años, el tapatío fue ensanchando, pero sobre el ring no veremos a David contra Goliath, como algunos quieren hacer creer.

En cualquier caso, Crawford parece haber asumido el rol de 'underdog' (el perdedor, el que no es favorito): “Durante toda mi carrera han dudado de mí”, comentó ‘Bud’ en una entrevista exclusiva con The Ring. El estadounidense, añade: “Es curioso decirlo, pero lo he estado escuchando toda mi carrera: 'Soy demasiado pequeño para este tipo. Este tipo es demasiado fuerte. Este tipo golpea demasiado fuerte. No tengo barbilla. O soy esto o soy aquello'. Simplemente lo asimilo y me río. La gente que tiene pensamientos negativos sobre mí nunca ha estado en el ring. Ni siquiera me molesta”, afirma.

En otra entrevista, en el canal de Youtube de Manouk Akopyan, Crawford comentó que es posible noquear al mexicano, aunque no sería el plan: “No tengo que detenerlo, sólo tengo que vencerlo. No voy a intentar noquear a Canelo. ¿Es posible? Sí, por supuesto. Vengo de una categoría de peso más pequeña y más rápida así que, si recibe un golpe que no ve llegar, definitivamente sentirá el daño”, aseguró.

Quien habló, y muy bien, de Terence, fue Floyd Mayweather en una conversación con el periodista Brian Mazique: “¿El mejor libra por libra? Creo que Terence Crawford, ahora mismo en el deporte del boxeo, es el mejor boxeador libra por libra". TBE obvió a Usyk. Sin embargo, ¿se puede considerar el mejor a alguien que ha peleado cinco veces en los últimos cinco años? Y a todo esto, Canelo pelea el 3 de mayo contra William Scull.

miércoles, 5 de marzo de 2025

SANDOR MARTÍN: "TODO EL MUNDO DICE QUE MERECIMOS MÁS"

CRISTINA PARRA

AS.com

La pasada madrugada del sábado al domingo, en el Barclays Center de Brooklyn, Nueva York, Sandor Martín (42-4-0, 15 KO) no consiguió traer el cinturón del peso superligero del Consejo Mundial de Boxeo (CMB) a España. Una derrota ajustada por decisión mayoritaria hizo que Alberto Puello (24-0-0, 10 KO) en un gran combate, pero que no convenció a dos de los jueces. “En algún momento lo vamos a conseguir”, compartió el español en su cuenta de Instagram junto a unas imágenes del combate.

Tras dos años de aspirante al título y número uno de la categoría del superligero, Sandor finalmente tuvo su oportunidad titular. “Gracias por todo el apoyo recibido. No sé ni qué decir”, agradeció a los aficionados que le apoyaron durante este camino. Puello retuvo exitosamente su corona en un combate cerrado. Dos de los jueces le dieron ganador y las cartulinas se decantaron para su lado por 115-113, 113-115 y 116-112.

Martín se llevó la primera parte del choque. Salió con fuerza y determinación, pero la dura actividad le fue pasando factura. Su padre le advirtió entre rounds, que tenía que hacer más. Se puso las pilas, pero el dominicano era muy rápido. “No voy a entrar en polémicas, no he visto aún la pelea y no soy juez”, continuó el español en su comunicado. Ya sabían que la pelea con Puello no iba a ser un paseo, aunque no fuese un gran nombre como Devin Haney (31-0-0, 15 KO) o Teófimo López (21-1-0, 13 KO).

“El Barclays silbó la decisión y todo el mundo dice que merecimos más, pero la realidad es que perdí. Toca sacudirse el polvo y volver”, sentenció. Fueron muchos los aficionados, tanto nacionales como internacionales, que inundaron las redes sociales con mensajes positivos para el púgil nacional. Sandor ve esto como un punto y aparte, no final. Con esta derrota tan ajustada no bajará muchos puestos en el ranking de la categoría, por lo que podría volver a disputar una eliminatoria u otro combate por el cinturón. Mientras, Martín disfruta con su familia en las calles de Filadelfia, visitando la estatua de la mítica película de boxeo Rocky, antes de volver a casa.

jueves, 31 de octubre de 2024

50 AÑOS DEL "RUMBLE IN THE JUNGLE"

 

JOSÉ LUIS HURTADO

En la jungla caben muchas especies. En esta, entre rugidos y maleza, se podían encontrar héroes, villanos, asesinos, promotores, dictadores, estafadores, países reinventados y periodistas. Para esa congregación fue necesario reunir a dos boxeadores, Muhammad Ali y George Foreman, en un punto desconocido del mundo, Kinshasa, la capital de Zaire, sede el 30 de octubre de 1974 de lo que se denominó el mayor evento deportivo de la historia, el pomposo 'Rumble in the jungle', 'La pelea en la selva'. Se cumplen 50 años, 50 asaltos infinitos cuando la campana es la eternidad.

El boxeo poseía en los años 70 la capacidad de poner al planeta pendiente de dos tipos con guantes. Lo que parecía asombroso es que el campeonato mundial de los pesos pesados no se disputase en el Madison Square Garden sino en un rincón perdido en el mapa deportivo. No hay nada imposible cuando en la piscina de pirañas se sumergen dólares, promotores y sátrapas.

La situación era una antología del morbo. Muhammad Ali (Louisville, 1942) ya era en 1974 una de las personalidades sociales y deportivas más relevantes del siglo XX, aunque en ese momento era el aspirante a la corona mundial que poseía George Foreman (Marshall, 1949), de oficio descuartizador.

Ali podía seducir a las piedras con su locuacidad imparable. Su grandeza había sobrepasado los vestuarios y los batines. En 1967 se había negado a ser reclutado para ir a Vietnam. Se le condenó a cinco años de cárcel, se le multó con 10.000 dólares y se le prohibió competir durante tres años y medio. Nunca pisó la prisión porque recurrió la decisión hasta que en 1971 la Corte Suprema le dio la razón por unanimidad.

En el repertorio de Ali cabía el autobombo -"soy el más grande de todos los tiempos"-, la protesta audiovisual -"cada vez que pongo la tele en América ponen a Tarzán"-, la hipérbole fuera de categoría -"he peleado con una ballena y he asesinado a una roca"- o el mensaje médico -"soy tan vil que hago enfermar a la medicina".

Foreman, sin el envoltorio del glamour, sólo se seducía a sí mismo, era un genio del ahorro de palabras y una bestia en adobo que trataba a los rivales como sacos de patatas. Su balance antes de ver cerca a Alí era de 40-0 en victorias y derrotas. Si un boxeador le aguantaba más de tres asaltos era noticia.

La situación se presentaba muy distinta para ambos púgiles. En el 74, Ali no era el bailarín de los 60, el que mareaba a los rivales antes de golpearles. Con 32 años, una inactividad pesada y dos encierros salvajes con Frazier, había perdido agilidad. Se hablaba de que la retirada asomaba en la mente del mito. Foreman, de 25 años, no era Fred Astaire, pero llevaba en la pechera la pegatina de imbatible.

Había que meter en la misma ratonera a los dos gigantes. La idea del combate parecía imposible cuando ambos púgiles pidieron 5 millones de dólares para cada uno por medir sus carrocerías. Los candidatos se iban borrando. No había ningún iluminado que se atreviera a iniciar la aventura. Bueno sí, uno, el atípico Don King.

Antes de ser el campeón del mundo de los negocios en boxeo, Don King ya había flirteado con los barrotes por homicidio. Existía poco o nada en la vida que le asustara. Un día un púgil se le rebeló por un contraste de opiniones. El promotor fue claro: "Si descuelgas el teléfono sé que me pueden matar en media hora; pero si llamo yo, acabarán contigo en cinco minutos". Un tipo tan encantador vio la oportunidad de inundar de ceros su cuenta corriente y de prestigio su alborotada cabellera.

Nada fue lógico antes, durante y después de la velada. Don King propuso África a los dos púgiles. Ali, que veía en el continente el sitio ideal para propagar sus ideales, no veía mayor inconveniente. Foreman puso como condición a Don King que boxearía allí si no anunciaba el acuerdo hasta que resolviera su divorcio. El organizador cumplió y a Foreman no le quedó más remedio que preparar las maletas. "Por cinco millones de dólares me tiro en avión y peleo contra 20 'Alís'", declaró con un romanticismo evidente el campeón.

Para rematar el show Don King necesitaba un cómplice y había contactado con Mobutu Sese Seko, un sanguinario dictador que llegó al poder en 1965 y había cambiado hasta el nombre de su país. De República Democrática del Congo se pasó a Zaire en 1971 porque le apetecía. La capital, Kinshasa, disponía en 1974 de la misma tradición en boxeo que Plutón en baloncesto.

Sin embargo, no existía mejor anuncio de publicidad en el globo que ser la sede de un Foreman-Ali. Mobutu percibió la ocasión perfecta para blanquear su gestión en una época en la que algunas zonas africanas eran desconocidas. Si Alí y Foreman aceptaban pelear allí es que allí no había peligro.

Zaire, primer productor mundial de cobalto, probaba poco a poco la medicina de su mandamás. Mobutu, preocupado por todo menos por el boxeo, acumulaba cientos de decisiones inauditas, una manera de proceder que se bautizó como 'Mobutismo'.

Mientras desplumaba a su país, el presidente había prohibido los nombres cristianos para cambiarlos por africanos. En su delirio llegó también a prohibir a Santa Claus. Se preocupó tanto por el transporte que la aerolínea Air Zaire se quedó sin sus dos grandes aparatos porque Mobutu se quedó en propiedad un Boeing 747 y un DC-10 fue a parar por el dedo mágico a su esposa. En la televisión zaireña, una especie de 'TeleMobutu', sólo podía .

El lugar elegido para el combate fue el Estadio 20 de mayo. En el recinto se barruntaba que se almacenaban torturas y desaparecidos. Mobutu aplicaba la selección natural en su territorio: 'este sí, este no, este sí, este no', una lotería macabra para todos los públicos. Mientras, Don King, preocupado por otros asuntos, ataba el combate, fijado en principio para el 25 de septiembre de 1974. Esa fecha necesitó un salvavidas.

Don King soñaba con el pastel que había fabricado. Zaire era la coartada perfecta para mostrar que el deporte se preocupaba de los derechos civiles. El organizador fijó la hora del combate para las 3 de la madrugada en Zaire, la franja ideal de máxima audiencia en Estados Unidos, donde se iba a ver el acontecimiento en circuito cerrado de televisión, previo pago, en más de 400 recintos distribuidos por el país.

Los dos boxeadores se plantaron en Zaire donde tan rápido como sus puños exhibieron sus diferentes estrategias. Ali, un apóstol de las relaciones públicas, expandía su mensaje mesiánico y hacía que hasta los niños se aprendieran el 'Ali Bumaye' (Alí mátalo), que pasó a ser un grito más en la selva. Por arte de lengua parecía que el único negro que iba a pelear era él. 

Foreman, más tieso que su oponente, sin dar titulares grandilocuentes, se presentó en Kinshasa con su inseparable pastor alemán, la mascota preferida por las autoridades belgas que habían ejercido de colonos sobre los zaireños. El tacto del campeón del mundo podía mejorar. Por incomparecencia, tiró la toalla en la refriega diplomática. 

A la vez, como señuelo, Don King organizó en el estadio unas semanas antes un festival musical con la presencia de leyendas como James Brown y B.B. King. Con los dos boxeadores en Zaire todo estaba preparado menos el azar de un entrenamiento. El 16 de septiembre, nueve días antes de la pelea, cuando Foreman se sacudía con un sparring, un movimiento de un codo de éste abrió la ceja derecha del campeón.


El pánico se olía en la jungla. El circo estaba en peligro. Se examinó la herida de Foreman, suficiente para no poder pelear. La suspensión no estaba en el programa. El aplazamiento llevó el combate al 30 de octubre. No se quería que Foreman abandonara el país por si no volvía. Aguardaban otras seis semanas en Kinshasa. Tiempo suficiente para que Ali le dijera a Foreman "imbécil, no eres nada, eres muy feo".

La espera no enfrió la expectación. Los más de 800 periodistas acreditados se dividieron entre aguardar en Kinshasa o hacer una escala en casa antes de regresar a África. Mobutu dispuso de más tiempo para exhibir su aparato de propaganda. En las calles carteles gigantes proclamaban: 'Si Ali y Foreman tienen confianza en Mobutu, vosotros haced como ellos, tened confianza en Mobutu'; 'Un combate entre dos negros, en un país de negros, organizado por negros y visto por el mundo entero. Una gran victoria del 'mobutismo'.

Los boxeadores alternaban la preparación privada con exhibiciones públicas y actos con Mobutu, encantado en su papel de supervisor del evento. Con las apuestas inclinadas con claridad hacia Foreman llegó la sesión de pesaje ante 12.000 espectadores. Ali, con su 1,91, dio 103 kilos; Foreman, de 1,92 y una marca en la ceja derecha, acreditó 110 en la báscula.

El combate se acercaba. En el estadio se terminaba la instalación de una carpa para proteger el ring de una posible lluvia. Daba igual que la pelea sólo la vieran bien los de las primeras filas. No era un país apto para las protestas. Mobutu había decidido no acudir. Se habían vendido las 60.000 localidades disponibles con precios entre los 10 y los 250 dólares.

El día de la pelea el equipo de Ali comprobó que las cuerdas del cuadrilátero eran un desastre porque estaban tan blandas que si alguien se protegía en ellas podía caer hacia atrás. Con libertad, se pusieron a tensar los cordajes y a echar resina sobre el suelo, que resbalaba.

En horario para noctámbulos, Ali y Foreman llegaron al estadio. El aspirante fue el primero en llegar al ring. El campeón le hizo esperar más de un cuarto de hora. Cuando el árbitro, Zack Clayton, les pidió que se acercaran para instruirles, Alí comenzó la batalla psicológica con burlas a su oponente, que lo único que quería era despedazarle antes de terminar los 15 asaltos fijados.

Así comenzó la pelea. Ali pegó primero ante la sorpresa del público. Foreman reaccionó poseído por el odio, una actitud que no abandonaría en toda la noche. Alí, que no era por razones de calendario el boxeador mandón, danzarín y pegador de su primera época, se había adiestrado en los últimos años para resistir palizas, un empleo con efectos secundarios.

Durante varios asaltos, ante el asombro del cosmos, Ali se refugiaba sobre las cuerdas en una táctica que quedaría patentada como 'rope a dope'. El aspirante cubría su cara con los guantes y su cuerpo con los codos. Mientras, Foreman, en una catarata desordenada de golpes marcados por la ira y el desorden, se desgastaba en una ceremonia que parecía la que luego reflejó Stallone en Rocky con los terneros en la cámara frigorífica.

Foreman pegaba, pegaba y pegaba. Alí esperaba, esperaba y esperaba. De vez en cuando lanzaba sus puños para golpear con nitidez a un campeón que no contaba con el arte de esquivar entre sus habilidades.

En el sexto asalto el combate hablaba como Alí. "¿Esto es todo lo que tienes?", le decía a un Foreman harto de pegar sin dividendos. Las piernas empezaban a fallarle al campeón antes del asalto que entró en la historia de la televisión, la literatura y el boxeo.

En el octavo asalto, con ese panorama, Ali volvía de vez en cuando a las cuerdas, las cómplices de su estrategia. Por entonces, Foreman lanzaba los puños con la fuerza del que quiere espantar una mosca. En un arrebato, Alí vio a la presa desprotegida, fabricó una serie letal y con un derechazo derrumbó a Foreman, que se desplomó como un borracho en un pilón. 'Alí, bumayé'. No, Alí no le mató, sólo le destruyó. El New York Times describió así la escena: "...una abeja golpeó a un león".

Tras esa combinación, una de las más legendarias de la historia del boxeo, Alí se convertía en el segundo púgil de la historia en recuperar el título de los pesos pesados tras Floyd Patterson. Con el intercambio de trompazos se abrió la válvula de las interpretaciones en ambos púgiles. Ali exhibió su mítica sencillez: "Alá me dio fuerzas, sin él no soy nada. Soy el más grande de todos los tiempos. Ya lo había dicho. Foreman golpea como un niño, no me ha hecho el menor daño. En cada asalto sus golpes se volvían más lentos. Era un título que me habían robado".

Foreman se retrataba "devastado" y con el ADN desordenado alimentó teorías confusas al protestar porque "el ring estaba empapado y blando. Parecía una lona de lucha libre. Además, me levanté antes de que el árbitro contara hasta '10'. Al menos admitía que en la combinación que le tumbó "no había nada ilegal".

El árbitro, Zack Clayton, desvelaría diversos mensajes de Ali a Foreman durante la pelea. "¿Cómo me llamo, mariquita?", fue uno de ellos. En otro momento le espetó "pareces cansado, este es el peor lugar para cansarse, jovencito".

Ante la expectación por el acontecimiento, MARCA, que costaba ocho pesetas, lanzó ese 30 de octubre una edición especial de madrugada con el titular grande en portada de "Foreman, k.o. en el octavo asalto". En el antetítulo se resaltaba "el título vuelve a Clay". El día 31 el diario también destacaba en su portada el desenlace del combate.

El 1 de noviembre, Manuel Alcántara, maestro de escritores y periodistas y excepcional cronista de boxeo, mostraba su desencanto en una página en MARCA titulada 'El boxeo, de la Ceca a la Meca'. Para Alcántara, que recelaba del epílogo de la pelea e insinuaba que se debía a un apaño para una futura revancha, "el ring era antes un cadalso y ahora es un teatrillo... Todo ha cambiado en los úlltimos tiempos y los miles de dólares que inundaron Kinshasa, flotando en el aire como hojas secas, representan el otoño del pugilismo. Lo único que está mal es el boxeo...". El escritor describía a "un Clay sin piernas, un ex bailarín, todavía celérico de brazos, frente a un resoplante mastodonte".

Años después, Foreman, admitió de otra forma la derrota y se plegó ante el mito. "En el tercer asalto le di a Ali el golpe más fuerte que jamás le di a cualquiera. Me miró como diciendo 'no voy a dejar que me lastimes'. Me quemé. Cuando eres joven deseas ganar por k.o. Cuando llaman a Alí el más grande y la gente se pone de pie y le ovaciona a su paso es porque se lo merece".

Un acontecimiento colosal debía dejar réplicas colosales. El documental 'When we were kings' producido en 1996 ganó el Oscar en su categoría en 1997. La obra, una joya audiovisual, recoge imágenes -incluidas las del festival musical- y testimonios de lo que fue la gestación y desarrollo de la batalla de Kinshasa.

Entre el material literario que surgió tras el evento destaca un libro como 'El combate', escrito por Norman Mailer, uno de los santones de la escritura, ganador de dos Pulitzer, que presenció en Zaire todos los avatares que rodearon al acontecimiento.

Jaime Ugarte, periodista, apasionado del boxeo, recuerda medio siglo después la huella de aquel combate. "La sensación era la de estar viendo en televisión algo histórico. No era tan raro llevarlo fuera del Madison o Atlantic City, por ejemplo el Foreman-Frazier se organizó en Kingston, Jamaica. Ali decía que si un país quería ser famoso que le organizara un combate".

El especialista añade que trasladar "ese combate al corazón de África sólo podía ser cosa de alguien como Don King, un adelantado, sin entrar en detalles de su faceta personal. El acontecimiento montado era de una magnitud impresionante. Los 5 millones de dólares para cada boxeador eran una barbaridad".

Ugarte se centra en la figura de Ali, "alguien que trascendía el deporte. Un día le vi en el Madison Square Garden, ya retirado y enfermo, y a su paso se le trataba como un Dios viviente. Era una personalidad 'hors categorie', (fuera de categoría), como se diría en el Tour. Recuperar el título después de estar tres años y medio sin pelear demuestra una fuerza mental y física impresionante. Imagina a Pogacar tres años sin competir".

Sobre el combate y la estrategia, Ugarte estima que la exhibida por Ali "fue suicida, quedarse ahí en las cuerdas ante Foreman, un asesino en potencia, fue una solución kamikaze. Los pesos pesados, con ese tonelaje, se van quedando vacíos y fue lo que le pasó a Foreman, que se volcó en ganar por k.o, en pegar a Ali con todo, con esa manía que le tenía. Llega un momento en el que Foreman se desmoraliza y piensa ¿este tío cómo me aguanta? Alí demostró que era de hierro. Eso es sólo para elegidos".

El desenlace lleva a Ugarte a recordar cómo "antes de la pelea había una sensación de peligro real para Ali, se pensaba que ese tío lo podía matar. Como dice Garci, el mejor boxeador de la historia fue Cassius Clay, antes de su cambio de nombre y todo lo que le pasó. En el 74 ya no tenía la velocidad de su primera época, de antes de la sanción. Cuando peleaba todavía como Cassius Clay era imbatible. Era un visto y no visto la forma en la que se movía y pegaba". Ugarte asegura haber visto el combate "más veces que Casablanca, cada vez sacas algo nuevo".

El cineasta y escritor José Luis Garci, apasionado del boxeo, recuerda que el combate lo vio "por televisión ese mismo día. Puso a África, el que era en ese momento el continente olvidado, en el mapa. Clay, porque yo siempre le llamé así, llegó allí como el negro bueno". 

El desarrollo de la pelea impacta medio siglo después. Para Garci "todo fue un poco misterioso. Cómo dejó Clay que Foreman, que era un pegador extraordinario, le pegara así y que aguantara tanto. Y luego llega el k.o. impresionante y la caída de Foreman desplomándose".

La figura de Ali representaba -apunta Garci- "la contracultura y la contestación americanas. Como Clay fue el mejor peso pesado de la historia, cómo se movía, con esa precisión, era espectacular. Como Alí era buenísimo, pero ya era otra cosa". 

La táctica de Ali sigue en la cocina del debate. Garci incide en que la pelea "fue misteriosa. No sé por qué lo hizo. Igual pensó, voy a esperar a que Foreman se desahogue y este le pegó por todos los sitios que pudo. Yo pensaba, ¿pero cómo va a seguir Alí así?. El otro se agotó y se acabó la pelea. El secreto de por qué lo hizo se lo llevó Ali a la tumba".

Hay combates que se quedan dentro de un boxeador por las consecuencias físicas. Garci estima que la de Kinshasa "se quedó dentro de Clay". Para el cineasta la contienda de Kinshasa está "entre las diez mejores de la historia, pero la mejor es la de Ali-Frazier en Manila. Esa fue increíble, la épica en estado puro".

Una pelea descomunal dejó secuelas deportivas, físicas y espirituales. Alí sobrevivió a un combate sangriento con Frazier, el 'Thrilla in Manila' celebrado en 1975. No pudo cumplir su deseo cuando decía "no me retiraré del boxeo con cicatrices, con las orejas como un par de coliflores y la nariz aplastada". Se retiró en 1981 cuando ya asomaban síntomas del Parkinson.

Para Foreman la vida tras la derrota se convirtió en un laberinto. Tardó casi dos años en volver a pelear. En 1977 se retiró, se agarró a Dios como salida de emergencia y comenzó a ejercer como reverendo. En 1987 anunció su regreso y en 1994 se proclamó campeón del mundo con 45 años, el más viejo de la historia.

Mobutu Sese Seko fue derrocado en la primavera de 1997. Huyó cuando se calculaba que en su labor de pillaje había acumulado una fortuna de 5.000 millones de dólares. Murió en Marruecos en septiembre de 1997 cuando Zaire ya se llamaba de nuevo República Democrática del Congo.

El Estadio 20 de mayo se llama ahora Tata Raphael, a nadie se le ocurriría ahora organizar un Mundial de boxeo en la República Democrática del Congo, Ali murió en 2016 en el trono de su reconocimiento universal como figura deportiva de todos los tiempos y nunca hubo una revancha de la pelea de la que se sigue hablando 50 años después.

lunes, 21 de octubre de 2024

JENNIFER MIRANDA, A UN PASO DEL TÍTULO MUNDIAL

MARCA.com

Jennifer Miranda (12-0-0, 1 KO) está un paso más cerca de su tan ansiado combate contra Amanda Serrano por el título absoluto del peso pluma de la Asociación Mundial de Boxeo (WBA), tras retener esta noche su cinturón de campeona mundial interina frente a la aspirante Teresa Almengor.

La gaditana de 38 años se ha impuesto a la panameña en el Teatro Las Vegas de Madrid por decisión unánime (100-90 y uno 100-89). Para Almengor la pelea llegaba tras un año y medio sin subir al ring, mientras que Miranda ha realizado parte de la preparación para dos últimas peleas en Estados Unidos y acudía en su mejor momento, arropada por su equipo de 'The Boxer Club'.

El jab fuerte y al pecho de Miranda fue clave y logró mantener alejada a su rival. Buenos golpes de la española a al cuerpo y cruzados al rostro. Almengor en varias ocasiones intentó encerrar a su oponente, pero la 'Tormenta' Miranda con su mejor boxeo lograba salir y llevar de nuevo el combate al centro del ring.

“Estoy muy feliz, esta es posiblemente mi última pelea en España”, dijo la campeona interina al terminar. En el horizonte para Miranda está Amanda Serrano, aunque podría haber un giro importante de los acontecimientos, pues la pelea contra la puertorriqueña podría no darse. Esta tiene una revancha programada contra Katie Taylor en noviembre y en función de resultado podría optar por dejar el peso pluma, donde lleva una año sin competir. De hecho, la campeona interina WBA podría ser elevada a absoluta. Toca esperar acontecimientos. 

martes, 15 de octubre de 2024

POLÉMICA TRAS EL BETERBIEV-BIVOL


ENRIQUE MELLADO

Artur Beterbiev (21-0, 20 KOs) y Dmitry Bivol (23-1, 12 KOs)) brindaron una gran espectáculo a los espectadores el sábado pasado en una pelea que convirtió al primero en campeón indiscutido del semipesado, algo que no se veía desde Roy Jones Jr. Sin embargo, el resultado, una decisión mayoritaria (114-114, 115-113, 116-112) a favor de Beterbiev, sigue sin convencer a muchos.

La pelea fue bastante cerrada y tuvo a Bivol muy entonado en la primera mitad de la misma. El púgil que derrotó a Canelo se movió bien, mostró una férrea defensa y lanzó los golpes más claros y contundentes. Sin embargo, la presión de su rival fue constante, aunque sin llegar a ser tan efectivo como le hubiera gustado. El ruso-canadiense, que hasta entonces tenía un pleno de KOs en su carrera, incluso se mostró contrariado con su rendimiento tras bajar del ring pese a llevarse el premio gordo.

"Por supuesto que fue una pelea difícil. Dmitry es campeón del mundo y tiene mejores habilidades que yo. No lo hice bien hoy, no me gustó esta pelea. No fue fácil, fue un poco incómoda”, afirmó Beterbiev, quien es partidario de una revancha: "Si Su Excelencia (Turki Alshikh) lo quiere, lo haremos". El citado Alshikh salió tan entusiasmado que dijo que era "uno de los mejores combates de los últimos 20 años", si bien expresó que no estaba nada contento con las puntuaciones.

Curiosamente, Bivol dijo que simplemente aceptaba el resultado y que prefería mirar hacia adelante. En cualquier caso, su representante ha anunciado que presentará una quejar formal contra el juez del combate Pawel Kardyni, quien otorgó un 116-112 favorable a Beterbiev.

El caso es el representante Vadim Kornilov se ha mostrado muy duro y habla incluso de un complot: "Creo que el juez tiene que tener al menos algún tipo de responsabilidad por lo que hizo. Se está volviendo muy destructivo para el boxeo lo que están haciendo. Estos [organismos sancionadores] tienen supervisores, los supervisores son amigos de los jueces, se les ve abrazando a los promotores, está empezando a parecer un complot… Uno de los supervisores estaba tocando a los hombres de Top Rank y felicitándolos antes de anunciarse la decisión. ¿De qué se trata? ¿Qué tipo de relación de amigos tienen allí? ¿Dónde está el profesionalismo en el deporte?”.

Todo esto, que por desgracia forma parte de la salsa del boxeo, nos recuerda por ejemplo al resultado del Sandor Martín contra Teófimo López, cuya decisión no sólo fue desacertada, sino que se demoró mucho más de habitual y se apreció cierto amiguismo con la esquina del finalmente vencedor. Pero han sido muchos los grandes combates de las últimas décadas que han estado salpicados de polémica debido a sus puntuaciones y aquí destacamos algunos de ellos.

En este sentido, la primera pelea que a quien suscribe estas líneas le viene a la cabeza es la de Hagler contra Leonard (se la llevó 'Sugar' por decisión dividida y 'Marvelous' no quiso saber nada del boxeo tras ese resultado); después vendrían las dos primeras de Canelo contra Golovkin (los 'anticanelo' fueron muy ruidosos). Incluimos también la de Josh Taylor frente a Jack Catterall, porque nadie daba un duro por el aspirante y para muchos tendría que haberse proclamado nada menos que campeón indiscutido. ¿Recuerdan a 'Maravilla' contra Cintron? Ya no sólo sus polémicas puntuaciones, sino cómo en el séptimo asalto Cintron no se levantó del conteo hasta que el árbitro llegó a 10 y le dejaron seguir. Lennox Lewis todavía hoy recuerda cómo el último juez marcó un 115-113 para Holyfield y empataron la pelea. Tanto él como Manny Steward hablaban de robo. 


Algunas de las decisiones más polémicas de las últimas décadas:

- Marvin Hagler vs Ray Leonard

- Vasyl Lomachenko vs Devin Haney

- Canelo Álvarez - Gennady Golovkin 1

- Julio César Chavez- Meldrick Taylor

- Floyd Mayweather - José Luis Castillo 1

- Pernell Whitaker - Julio César Chávez

- Manny Pacquiao - Tim Bradley

- Josh Taylor - Jack Catterall

- Lennox Lewis - Evander Holyfield 1

- Antonio Margarito - Miguel Cotto 1

- Sergio Martínez - Kermit Cintron