ÁLVARO
CARRERA
AS.com
Los
baños de masas en ocasiones perjudican al homenajeado. En Glasgow, este sábado,
vivimos una nueva prueba de ello. Josh Taylor realizaba su primera defensa tras
lograr unificar el peso superligero. Le esperaba Jack Catterall, quien se había
hecho a un lado para permitir que los dos campeones de la división se
enfrentasen. La victoria del escocés provocó que Taylor fuese muy favorito.
Tenía un halo de grandeza con el que logró llenar el SSE Hydro y la fiesta fue
tremenda. Le sentó mal. Muy mal. Catterall sorprendió a todos y mereció ganar,
pero esa localía y ser aspirante le pasó factura. Taylor retuvo los Mundiales
WBC, WBA, IBF y WBO del superligero al vencer por decisión dividida (112-113,
114-111 y 113-114). Injusto. Nadie contaba con Catterall, pero supo leer a su
rival, aprovechó sus virtudes y debió acabar la noche con el brazo en alto.
El
combate co
Taylor
nunca estuvo cómodo y no encontró su distancia. Cuando se pegaba a Catterall
conseguía llegar con virulencia, pero también recibía importantes contragolpes.
Así, tras un cruce, Taylor se fue al suelo en el octavo. Quedó tocado. Tras unos
segundos de duda, poner la rodilla en el suelo le sirvió de acicate. Se fue
adelante, debía remontar y arrancó el tú a tú. Sumó golpes duros, Catterall los
empezó a sentir... pero el inglés sabía trabar las acciones. Tanto lo hizo que
el árbitro, en el décimo asalto le quitó un punto. Taylor le estaba poniendo
más corazón que ideas y siguió. Conectó golpes claros, pero nunca dio la
sensación de tener cerca el KO que le daría la victoria. Además, quizá por la
frustración, le dio un golpe a su oponente cuando se iba al último descanso y
perdió un punto. Lo que le faltaba. Catteral embarró la pelea en el último
asalto. Mucho clinch y también movimiento, pensaba que las cartulinas le iban a
favorecer. La campanada estaba a punto de sonar, pero Glasgow estalló en júbilo
cuando los jueces salvaron al campeón.
Lo
ajustado y controvertido del resultado hizo que el combate se llevase todos los
focos. Era lógico. Antes del pleito, cuando se esperaba un cómodo duelo para el
campeón, el interés estaba en conocer el futuro del escocés. Taylor habló de
él. Se sintió ganador, por lo que descartó una revancha contra Catterall y
afirmó que "seguramente haya sido su último combate en el peso
superligero". La intención es una gran noticia para el boxeo español. Si
Taylor sube al welter se quedarán vacantes los cuatro cinturones mundiales y
ahí Sandor Martín, que viene de ganar a Mikey García, podría obtener una
oportunidad titular en los próximos meses.