ÁLVARO CARRERA
AS.com
Con la precisión de un reloj Oleksandr Usyk ejecutó su boxeo
en Riga (Letonia) para convertirse en campeón unificado (WBC y WBO) del peso
crucero. El ucraniano derrotó a los puntos por decisión mayoritaria (114-114,
115-113 y 115-113) a Mairis Briedis, a quien arrebató invicto y título ante los
suyos. "Ha sido el combate más difícil de mi carrera", declaró el
ucraniano tras ganar. Dominó con su sutil ballesteo, esquivas precisas y
conectó de manera clara... pero peleaba fuera de casa y su superioridad no se
manifestó de manera clara en las cartulinas. No hubo injusticia esta vez, y sí
combate épico. Usyk ya está en la final de las World Boxing Super Series
(Gassiev vs Dorticos), la próxima semana conocerá rival.
El jab de Usyk fue un metrónomo en el primer asalto. Quería
medir la distancia con su rival y no dejó de lanzarlo de manera constante.
Metió ritmo y esquivas, algo que no le abandonó durante los doce asaltos.
Briedis salió mejor en el segundo asalto y dejó a la vista otra de las
estrategias de Usyk, saber taparse. No se sentía ruborizado el ucraniano por
cubrirse (de manera perfecta) y esperar a que el letón finalizase sus
combinaciones. Así lo hizo en muchos asaltos y siempre acababa de la misma
manera: conectando golpes certeros.
La pelea era pareja, pero Usyk siempre tenía un poco más. La
diferencia de golpes de poder conectados se notaba en ambos rostros. Briedis
cada poco iba acusando el paso de los asaltos, Usyk lo hacía mucho menos. Con
tres asaltos por delante el letón se fue con todo, y fue cuando Usyk más duro
llegó. Intentó el KO en el 11º asalto, también en el último. Las manos más
claras y potentes llegaron ahí y Briedis dio la cara. Un guerrero que demostró
tener una gran capacidad de encaje. Fue clave para aguantar al rodillo
ucraniano. El público vibraba con el combate, es lo que ocurre cuando los
mejores se cruzan. Sochi la próxima semana será la siguiente parada de las
WBSS, otra oportunidad para emocionarse.