jueves, 3 de marzo de 2011
LECCIÓN DE VIDA
Alfredo R. Berríos
ESPNdeportes.com
Los errores en la adolescencia que lo llevaron a prisión cambiaron la vida de Bernard Hopkins y moldearon su presente y pasado en los cuadriláteros.
En sus años jóvenes, en las calles de Filadelfia, Hopkins demostró una agresividad que lo llevó a tener problemas, incluyendo el ser acuchillado en el metro de la ciudad y casi fallecer. Más tarde, robaba cadenas, ropa y dinero, conducta que lo llevó a recibir dos sentencias en prisión justo mientras sus contemporáneos se graduaban de la escuela secundaria.
Hoy día, Hopkins afirma que esa experiencia en prisión fue lo que le salvó la vida y lo encaminó a ser uno de los más temidos púgiles en el boxeo, en donde se convirtió en el primer campeón unificado de los pesos medianos cuando derrotó hace 10 años al puertorriqueño Félix Trinidad.
Durante los casi cinco años que pasó encarcelado, el nativo de Filadelfia tuvo que regirse por lo que los encargados de la prisión le decían, desde la hora en que se levantaba y se acostaba hasta lo que podía hacer y no hacer.
Sencillamente, Hopkins trasladó lo que aprendió en la cárcel a su vida.
"La pregunta que la gente se hace es cómo traduje esa mentalidad a la sociedad y nunca me desvié de ella. Esa es mi cuenta de banco, mi impulso, mi fundación", explicó el llamado "Verdugo" durante una reciente visita a las facilidades de ESPN. "Tomé algo de un sitio que es considerado y es malo y tomé esa disciplina de ese lugar y la añadí a mi vida para nunca más estar en esa situación y trabajar situaciones que nunca sabía me iba a enfrentar en la sociedad. Y las enfrenté y pude bregar con eso de lo que aprendí de ese lugar".
Esa disciplina lo llevó a comenzar su carrera en 1988 y luego de una derrota en su debut profesional ante Clinton Mitchell sumó 22 victorias al hilo. Tuvo su primera oportunidad titular ante Roy Jones en 1993, cuando sufrió la segunda derrota de su carrera.
Finalmente, su primer título llegó en 1995, cuando derrotó al ecuatoriano Segundo Mercado para ceñirse la corona de las 160 libras, versión de la Federación Internacional de Boxeo (FIB). No volvió a perder hasta el 2005, a sus 31 años de edad, luego de vencer a grandes del boxeo rentado como Trinidad y Oscar de la Hoya en el camino.
En todos esos años, mantuvo el enfoque que aprendió como un preso común en Filadelfia, sin dejarse descarrilar por el dinero, los campeonatos, las barras y los clubes.
"Mire, usted tiene el dinero, la fama, las correas. Perdemos una buena parte de lo que nos llevó allí", explicó Hopkins. "Esa es la disciplina de cuidarse uno mismo y no usar atajos, sea en la vida personal o profesional".
Hopkins atribuye su durabilidad en el cuadrilátero a dos razones principales: el tipo de vida que ha llevado y cómo se ha cuidado fuera del cuadrilátero.
"No bebo, no fumo, no me acuesto tarde en las noches, no voy a barras, a clubes", añadió el púgil, que recién cumplió 46 años. "Lo más fácil es que no fue una inquietud para mí una vez que regresé a casa de la Penitenciaría 'Graterford State', en donde estuve hasta 1988; tomé esa mentalidad, esa mentalidad militar, de que estás bajo un reloj y te dicen no puedes hacer esto, no puedes hacer lo otro".
Aún cuando ha ganado millones y en un momento dado fue considerado uno de los púgiles más peligrosos en el ámbito profesional, Hopkins aseguró que nunca se sintió tentado a recaer en los problemas. Ese enfoque particular lo ha ayudado a llegar a mantenerse activo hasta el presente.
"Lo más difícil es cuando sales y eres parte de la sociedad y puedes ir a donde quieres y puedes distraerte, golpearte y haberte llevado a esto o aquello. Eso me llevó hasta aquí", dijo Hopkins enfáticamente.
En mayo, hará lo que muchos creían no era posible: volver a retar por un campeonato mundial luego de empatar una disputada pelea ante el canadiense Jan Pascal, en donde estaba en juego el campeonato semipesado del Consejo Mundial de Boxeo (CMB). Más interesante aún, regresará a Canadá (el 21 de mayo) para retar nuevamente a Pascal en su casa.
"Para mí, cuando me dicen que hay cosas imposibles, que nadie puede hacer lo que yo hice cuando llegas a los 40, los escuché y mírame seis años después", dijo Hopkins, quien en persona presenta un carácter completamente diferente al de "Verdugo", que lo hizo único en su carrera. "Un día estarán correctos, pero espero que no sea el 21 de mayo. Haré todo lo posible por ser (el primero) ese día. Eso va hacia atrás, a esa fundación".
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