lunes, 19 de mayo de 2008

Carta abierta a José Sulaimán


Nuestro aplauso para el CMB. Así había titulado mi columna semanal en el sitio de Internet de Telemundo. En la misma lo felicitaba por la iniciativa tomada en crear un fondo de retiro los para los boxeadores que hayan estado clasificados dentro de los 30 primeros lugares en cada una de las 17 divisiones del Consejo Mundial de Boxeo que usted preside.
En dicho programa el peleador contribuirá al fondo con un 5% de su bolsa y el promotor aportará la misma cantidad a la cuenta del púgil. Este proyecto, según informó el CMB, arrancará el 31 de este mes con la pelea de campeonato mundial pluma entre el monarca venezolano Jorge Linares y el retador colombiano Feider Viloria en Chetumal, México.
Esta idea es magnífica, porque va dirigida a aliviar la vida muchos peleadores que han dado tanto al boxeo y que desafortunadamente, cuando llega el momento de decir adiós al deporte, quedan en la miseria y se les une el cielo con la tierra. Tristemente, algunos han buscado refugio en el alcohol y las drogas.
Ojalá que los otros organismos mundiales del boxeo sigan su ejemplo con este plan de retiro, tal como ocurrió cuando el CMB dio el primer paso en la reducción de 15 a 12 los asaltos en peleas de campeonatos para proteger más a los boxeadores.Dicho esto, a continuación le expongo lo que me hizo cambiar de idea en el tema que iba a tratar en mi artículo esta semana.
Unos días después de anunciar sus planes sobre el fondo de retiro para los boxeadores, usted hizo las siguientes declaraciones, publicadas por el periódico ESTO de México, "Raúl fue un buen amigo de mi hermano Jesús Héctor, cuando los Castro se entrenaban en México. Mi hermano me dijo que Raúl siempre fue muy abierto y amistoso. Por eso pienso que si se le presenta un buen proyecto, que se pueda defender y que vaya en beneficio de Cuba, de sus boxeadores, quizá valga la pena tratar de buscar una entrevista".
Después de casi medio siglo de una de las dictaduras más férreas y sangrientas en la historia de nuestro continente, primero con Fidel Castro y ahora con su hermano Raúl, sería muy triste que un hombre de su prestigio y respeto a nivel mundial cayese a los pies de un tirano legitimizando un oprobioso y represivo sistema que practica todo lo contrario a lo que el Consejo Mundial de Boxeo representa.
Los recientes cambios realizados por el gobierno cubano son cosméticos para el consumo extranjero. Al mismo tiempo que los realizaban enviaban a más de 100 agentes de Seguridad del Estado a atropellar y arrastrar por la calle a un pequeño grupo de mujeres llamadas las "Damas de Blanco" por el "delito" de pedir pacíficamente la liberación de sus esposos, padres e hijos presos políticos.
Estas "Damas de Blanco" son las mismas que el Parlamento Europeo galardonó con el Premio Sajarov por su labor a favor de los derechos humanos en Cuba. Este es sólo uno de los muchos ejemplos que le podría exponer de las cotidianas violaciones de los derechos humanos de las que es victima el pueblo de Cuba.
Por eso, con todo fervor, le pido que se abstenga de cualquier tipo de acercamiento al régimen totalitario cubano y mantenga la honorable posición que mostró cuando en 1975, en el salón de actos del hotel África en Túnez, luego que fuera electo presidente del Consejo Mundial de Boxeo, aceptó el cargo con siete condiciones, una de ellas siendo la expulsión de Sudáfrica del boxeo profesional mientras existiera el apartheid o discriminación racial en dicho país.
Treinta tres años más tarde, le pido con todo respeto, que mantenga esa digna y valiente postura en relación a Cuba hasta que haya elecciones libres y pluripartidistas, hasta que sean liberados todos los presos políticos y de conciencia, y hasta que en la isla se cumplan los treinta artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
Respetuosamente, René Giraldo