miércoles, 26 de enero de 2011

"EL BOXEO ESTÁ MUY VIVO EN ESPAÑA Y TIENE FUTURO"



Jesús Mínguez As.com

Manolo Calvo padre, Javier Castillejo y Gabriel Campillo fueron los protagonistas del Foro Ferrándiz-AS. Los tres, animados por intervenciones de todos los estamentos, dieron un repaso a un deporte que reinó en los setenta y que ahora lucha por hacerse un hueco.
A veces, lo peor que le puede pasar a uno es tener delante un espejo en el que mirarse. Un espejo que proyecta una imagen de triunfo en la que ya no te reconoces. Eso es lo que le ha pasado al boxeo español, que se mira y ve a los gloriosos púgiles de los setenta (José Legrá, Pepe Durán, Urtain, Manolo Velázquez, Perico Fernández, Pedro Carrasco...), pero que reivindica su derecho a dar carpetazo a esa época y ganarse un futuro. Porque ahora, en el presente, también hay campeones mundiales y de Europa. Quedó patente ayer en el Foro Ferrándiz-AS.

Javier Castillejo (Madrid, 1968), seis veces campeón del mundo del superwelter y dos del medio, fue el primero en condensar el mensaje que gritan al viento promotores, púgiles y aficionados desde hace tiempo: "El boxeo tiene futuro. Costará, pero es un deporte que siempre ha estado ahí. Ahora pasamos por una época baja y va a ser duro, pero acabaremos donde nos merecemos".

Gabriel Campillo (Madrid, 1978), bandera actual de este deporte tras ser dos veces campeón mundial del semipesado -cinturón ganado en Argentina y defendido en Kazajistán, una hazaña- apoyó al maestro: "El boxeo está muy vivo. La situación no es tan mala como se pueda pensar, porque los gimnasios están llenos de gente. Cada vez hay más competidores y de esa cantidad va saliendo calidad. Vamos a traer títulos, que es lo que hace falta para despegar".
Manolo Calvo (Loranca de Tajuña, Guadalajara, 1941) no lo ve tan claro. Quizá porque él, campeón de Europa del pluma en 1970 y con un hijo del mismo nombre que también reinó en Europa en el mismo peso 33 años después, fue protagonista principal en ese espejo dorado: "Nuestro deporte está muy mal en comparación con los años gloriosos de mi época. Yo recuerdo el Palacio de los Deportes, la plaza de Las Ventas, el Campo del Gas, las noches de Barcelona... Todo lleno. Y ahora no me entero ni de cuándo hay veladas. Veo un camino pedregoso: no hay boxeadores porque no hay boxeo, y viceversa".
Ricardo Sánchez Atocha, mánager y preparador de Castillejo y Campillo, entre otros muchos, y uno de los promotores más activos junto a José Valenciano (Club Deportivo Barceló), tomó la palabra: "Yo no he vivido la época de Manolo Calvo, pero llevamos escuchando esta película desde entonces. El único problema que tenemos es que no disponemos de una televisión pública, de gran audiencia, que lo promocione. En 1999, al Mundial de Castillejo contra Keith Mullings en La Cubierta de Leganés acudieron 15.000 personas. Yo estoy seguro de que si conseguimos traer a España el Mundial interino que va a disputar Gabriel Campillo contra Zsolt Erdei el 12 de marzo reuniríamos a 12.000 aficionados, en Vistalegre, en La Cubierta o en el Palacio". Javier Hernández, viceconsejero de Deportes de la Comunidad de Madrid, captó el mensaje. ¿Quizá un Mundial en el antiguo templo del pugilismo de la calle Goya vuelve a ser posible? Veremos.
¿Y qué pasa con las televisiones? Felipe del Campo, director de Marca TV, destacó la apuesta de su cadena. "Mi mensaje es optimista, porque nunca el boxeo había tenido tanta visibilidad en España: seis horas semanales. Hay una tremenda afición en este país y con Tele 5 y Castillejo se vivió un repunte. En nuestra cadena, hemos llegado a los 145.000 espectadores y un 1,1% de share el pasado viernes, que está muy bien en la durísima competencia del prime-time. Con el directo del Pacquiao-Margarito fuimos líderes absolutos esa noche. Esto funciona y hay futuro, porque las audiencias acompañan".

Autocrítica.
"El esfuerzo de la televisión también debe ser económico -replicó Sánchez Atocha-, porque en cada una de las tres últimas veladas en Madrid, los promotores hemos perdido 15.000 euros y un 30% de público". Lo que se gana por el lado de la promoción mediática parece que se pierde por el económico. Difícil equilibrio.
Turno para Jaime Ugarte, voz tradicional del boxeo en televisión desde las sillas de ring: "El boxeo amateur es competencia de Federación y Consejo Superior de Deportes, pero el profesional es otra cosa. Es distinto y complejo... Y la autocrítica desde dentro es nula: si no pagan porque no pagan y si cobran diez quieren treinta. En cualquier caso, los promotores españoles se merecen una medalla y querer traer el Mundial de Campillo, un púgil de élite, a Madrid tendría un mérito tremendo. En este deporte hay mucho individualismo y es cíclico, pero también tremendamente vivo. Habría que encontrar un Nadal del boxeo que paralizara el país. Es posible. Recordemos el Castillejo-Julio César Vásquez, que dio un 51,3% de share, más de tres millones de espectadores".
Vicente Carreño, ex director adjunto de AS y firma reputadísima de boxeo, expuso su punto de vista: "Nunca volveremos a la época gloriosa de los setenta. Porque entonces los boxeadores eran los ídolos de toda España y movilizaban al país entero, hasta que una parte de la sociedad le dio la espalda. Claro que el boxeo tiene su hueco, pero no puede aspirar que sea el de antes porque la sociedad ha evolucionado hacia otro tipo de cosas. La prueba es que Castillejo, con todo lo que ha ganado, tendría que haber recibido el Premio Nacional del Deporte varias veces".
"¿Por qué no podría ser yo un ídolo deportivo?", se preguntó Gabriel Campillo, que ha forjado su carrera en el semipesado, una división por la que circulan auténticos acorazados. "¿Quién iba a decirnos hace diez años que la Fórmula 1 iba a tener tanta repercusión en España? Surgió Fernando Alonso, una televisión apostó por ello y ahí están los resultados", apuntaló. Sin embargo, ahora su realidad es muy distinta: "El boxeo es un trabajo en sí mismo, y no da para vivir. Ser boxeador profesional cuesta mucho dinero".
Tomás Roncero, siempre con el Real Madrid en mente, dio una idea a Campillo para asegurar el éxito de la reconquista de su cinturón de la Asociación. "Campillo, tu combate habría que hacerlo en el Bernabéu. ¿Por qué no se lo proponéis a Florentino?". Un aficionado recordó, sin ir más lejos, que en Chamartín se habían dado veladas. Pero, por ahora, el boxeo aún está lejos de llenar campos de fútbol, como en Alemania. Campillo ha vivido el lujo de veladas en Las Vegas y aquí se encuentra otro panorama. "El glamour aquí es complicado. ¡Me queda un poco lejos con mi sueldo!".
Educar al público es importante para relanzar un deporte, y el boxeo tiene difícil acceder a los jóvenes. Una barrera que también salió a la palestra. El Defensor del Menor de la Comunidad de Madrid prohíbe a los menores acudir a las veladas. "¿Por qué mi hijo no ha podido verme disputar un Campeonato del Mundo? No lo entiendo -se preguntó El Lince de Parla-. Este deporte tiene muchas cosas positivas y aporta una serie de valores". "Mi hijo Manolo también ha sido boxeador, y ha llevado una vida sana", le apoyó Manolo Calvo. "No entiendo por qué hay que proteger a los niños de algo que no es intrínsecamente malo. Es una práctica deportiva que se desarrolla bajo unas reglas. Sin ningún odio. Hay que quedarse siempre con la imagen final, del abrazo que nos damos los boxeadores al acabar del combate", refrendó Chico Guapo Campillo.
El boxeo, pues, parece tener ganas de competir con otros deportes, aunque a veces sea difícil generar afición y el espectro de gustos haya cambiado tanto. "Antes en España sólo se hablaba de toros, boxeo y del Real Madrid. Y ahora hay que competir con un montón de deportes. Es imposible comparar a Bahamontes con Indurain. No se pueden comparar épocas. El boxeo necesita mucha ayuda, también públicas, y saldrá adelante", volvió a decir Castillejo.
Para espantar cualquier derrotismo, faltaban los datos de Emilio Marquiegui, autor de la Guía Espabox, que ya va por su 18ª edición: "En 2010 se ha dado la mayor actividad de nuestros boxeadores en los últimos 20 años. Ha sido el año con más púgiles españoles. Al boxeo le daban ya dos años de vida hace treinta... Sólo hay que buscar un equilibrio entre promotores y televisiones. ¡Pesimismo fuera; material hay!". Pues eso.

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