Uno es rápido y vistoso, un peleador que parecía destinado al estrellato casi desde el comienzo de su carrera, el otro es menos espectacular pero muy constante, y trabajó en una relativa oscuridad durante años antes de que su habilidad pugilística fuese reconocida. Ambos se vuelven a juntar en una pelea de título mundial de peso welter este sábado en Las Vegas.
El más vistoso es Zab Judah, o Super Zab, como se autodefine. Posee todo el carisma y la personalidad colorida.
Su oponente es Joshua Clottey, nacido y criado en Ghana, en el África Occidental, y actualmente viviendo en Nueva York. Él es el más tranquilo de los dos, un hombre de pocas palabras. No tiene la presencia eléctrica de Judah, pero el gran manejador y armador de peleas británico Mickey Duff hubiese resumido a un pugilista de bajo perfil como Clottey con un simpático comentario: "tiene un gran truco: sabe pelear".
Judah es de Brooklyn mientras que Clottey vive en el Bronx, lo cual hace que sean vecinos. Sin embargo, en estilos de peleas están a mucha distancia entre sí, y los contrastes en temperamento y técnica boxística hace que éste sea un choque muy interesante.
Mientras que Judah explota con exuberantes explosiones de golpes desde su postura zurda, Clottey es mucho más metódico y laborioso. Judah se ha hecho conocer por deslumbrar a sus oponentes, Clottey los desgasta poco a poco.
En los días previos al combate, cada uno ha sido respetuoso del otro, y aún así, a su modo, cada uno ha expresado su confianza.
"No voy a perder esta pelea. No hay forma", declaró Judah en la conferencia de prensa en la que se anunció el combate. "Conozco a Joshua Clottey hace mucho, y lo respeto. Pero el viejo dicho dice: 'el Bronx los hace, y Brooklyn se los lleva'. Y este 2 de agosto yo me lo voy a llevar".
Clottey no es tan expresivo como Judah, pero su tranquila determinación es su marca más notable.
"Ha sido un largo camino para mí, pero ahora es el momento de coronarme campeón del mundo", dijo Clottey esta semana en el Palms Casino Resort. "Planeo ponerle mucha pesión a Zab y tirar muchos golpes".
Judah tiene el perfil más alto y ha sido el centro de atención muchas veces, pero Clottey tiene una impresionante consistencia: ha sido derrotado solamente una vez en los últimos ocho años. Y esa derrota, con sus manos lesionadas ante el formidable Antonio Margarito, fue de algún modo una victoria moral.
De hecho, la actuación de Clottey en aquella noche del 2006 en Atlantic City luce ahora mucho mejor luego de que Margarito superara a Miguel Cotto este último sábado.
Clottey dominó los primeros asaltos ante el imparable mexicano, pero se rompió su mano izquierda en el cuarto asalto y luego nuevamente a fines del combate. Margarito comenzó a llevarlo a las cuerdas y a superarlo en el golpe a golpe, pero Clottey se las arregló para remontar y ganar el último asalto en dos de las tarjetas de los jueces con una actuación muy respetable.
"Mi plan de pelea estaba funcionando (ante Margarito)", dijo. "Pero luego me rompí la mano izquierda y me lastimé la otra, y todo cambió".
Si gana el sábado, dijo Clottey, pedirá la revancha con Margarito. "La próxima vez le gano", dijo Clottey. La pelea con Judah, entonces, podría abrir la puerta a la bolsa más grande en la carrera de Clottey, si es que puede imponerse.
Para Judah, entretanto, esta pelea es sobre la supervivencia de su carrera. Si gana, estará de nuevo como campeón mundial y como uno de los mejores, pero si pierde será difícil regresar a los estratos más altos a estas alturas de su carrera. Seguramente él lo sabe, y aparentemente ha estado muy concentrado en su trabajo de entrenamiento en Las Vegas.
Aún así, Judah ha sido conocido por dar pasos en falso en una carrera manchada por controversias y actuaciones erráticas bien documentadas. La más destacada hasta ahora fue la demolición de Judah ante Cory Spinks en nueve asaltos en su revancha del 2005 en St. Louis. Judah destruyó a Spinks en su ciudad natal. Fue una noche en la cual Judah tuvo todo a su favor, y no ha lucido igual de bien desde entonces. Lució fuerte y rápido, y mantuvo una concentración sin fisuras. Spinks, quien previamente había superado a Judah en abril del 2004, nunca tuvo una sola oportunidad de triunfo esa noche.
Lamentablemente, Judah no fue capaz de mantener esa forma. Los periodistas de antaño pueden haberlo llamado un "entrador-salidor". Tuvo un comienzo brillante ante Floyd Mayweather en abril del 2006, y luego decayó cuando su oponente subió la intensidad de su ataque. Tres meses antes, Judah había parecido desviarse de su camino en su sorpresiva derrota ante Carlos Baldomir. Hizo un extraño baile para tratar de recuperar control de sus piernas luego de que Kostya Tszyu lo derribara con una derecha tremenda en el 2001, y también mostró mucho coraje ante Cotto en el Madison Square Garden en el 2007, cuando Judah lució muy bien en los primeros asaltos pero sucumbió más tarde bajo el constante ataque del boricua.
A lo largo de su carrera, Judah ha sido excitante, y sus peleas siempre tienen mucho drama. Parece extraño pensar en él como un veterano de 30 años, pero eso es lo que es.
Clottey, de 31, ha estado boxeando durante un año más que Judah y tiene más peleas, pero parece que ha sufrido mucho menos desgaste.
Quizás esto es debido a su estilo. Clottey no recibe muchos golpes. Mantiene sus manos en alto y recibe los golpes en sus brazos y manos, y luego deja que sus golpes se suelten.
Clottey concuerda en que su defense es una de sus mayores virtudes. "Esto es lo que más me ayudará (en la pelea ante Judah)", dijo. "Voy a defender como todos lo saben, pero no tengo que dejar caer mis manos cuando lanzo golpes, y esa es la clave de la pelea, bloquear los golpes y tirar los míos".
Clottey conoce muy bien el poder de pegada de Judah en su mano izquierda, pero piensa que puede controlar la agresión de su oponente. "Soy un buen contragolpeador, va a tener que ser muy cuidadoso", dijo Clottey. "Yo voy a bloquear sus golpes y tirar los míos. ¿Podrá soportar eso durante 12 asaltos? En todas las peleas me imagino como ganador, pero en ésta pelea mi confianza está más alta".
El manejador de Clottey, Vinny Scolpino, no tiene dudas sobre la habilidad de su boxeador. "Joshua ganará", dijo. "La dedicación y la voluntad de triunfo están ahí. Judah es un gran boxeador, pero ha pasado por muchas guerras, y ésta será otra guerra, con presión constante y muchas combinaciones. Joshua tiene mucha confianza en sí mismo para esta pelea. Siempre quiso pelear con Zab Judah. Ahora podrá hacerlo. Joshua está en una posición en su carrera donde necesita este título, y no va a dejar que nadie se lo quite".
Las casas de apuestas de Las Vegas tienen a Clottey como favorito por una ventaja de 5-2, mientras que Judah está entre la espada y la pared. Sin embargo, está en una posición similar a la que estaba antes de pelear con Spinks por segunda vez, y lució casi sensacional esa noche. Desde entonces, sin embargo, Judah ha perdido ante Baldomir, Mayweather y Cotto, y no ha lucido muy bien en su último par de peleas.
Es difícil hacer una predicción sobre si Judah tendrá una de sus mejores noches durante algún momento del sábado. Su velocidad y sus golpes rápidos deberían traerle éxitos, y puede ser capaz de hacer que Clottey luzca lento y sin mayor atractivo.
Sin embargo, Clottey, seguramente vendrá de frente, mirando por detrás de su guardia en alto, lanzando su propia secuencia de golpes, y luego regresando a parapetarse detrás de esa cerrada defensa. Judah seguramente estará al frente a mitad de la pelea, pero puedo ver que Clottey gradualmente lo irá superando. Judah es el pegador de la pelea, pero Clottey es más durable. El boxeador de Brooklyn tiene más estilo, pero el de Ghana simplemente parece ser más confiable en una pelea larga y difícil.
Judah, que bien podría estar guardándose un último gran esfuerzo, no debe ser nunca subestimado, pero la noche del sábado aparentemente será la noche de Clottey y la concreción de sus sueños. Yo veo a Clottey ganando y resurgiendo en la segunda mitad del choque, adelantándose en el marcador con mucho trabajo y esfuerzo para alzarse con una cerrada pero merecida victoria por decisión.
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