ÁLVARO CARRERA
AS.com
"Estoy
de vuelta", gritó Danny García subido a un esquinero del ring en el
Dignity Health Sports Park de Carson (California). El estadounidense tenía
razones para decirlo. Había caído en su última pelea ante Shawn Porter por el
Mundial WBC del welter, fue duramente criticado y en su primera opción de
redención ante Adrian Granados cayó a todos sus haters. García dio una
exhibición de rapidez, estrategia y pegada (además de ganar el WBC Silver del
welter). Fue un rodillo ante el que Granados no pudo hacer nada. Se fue al
suelo en tres ocasiones y vio cómo el árbitro le paró la pelea en el séptimo
asalto. El mensaje de García era claro: quiere su oportunidad y no dudó en
pedirla. Desde el ring señaló su camino: "Mi próxima pelea debe ser la
revancha contra Porter o Errol Spence". Ahí dejo el órdago.
La
pelea fue un monólogo de García, que sólo entregó el primer asalto para
estudiar a Granados. En el segundo asalto, Danny enseñó porque le llaman
'Swift' (rápido). Granados soltó una derecha, García blocó y contestó en una
milésima de segundo. Fue la primera caída. Segundos más tarde esquivó y clavó
la derecha. Su rival, otra vez al suelo. Se agotó el asalto y el final parecía
cerca, pero pareció que el excampeón quería rodarse. Granados dejaba muchos
espacios en defensa y García le estaba contragolpeando a placer, pero cuando
tenía la oportunidad de cruzar una derecha letal... la perdonó. Estaba
disfrutando y quería disfrutar.
Danny
García siguió mandando. Sacaba golpes con mucha velocidad, variaba planos y se centraba
en tirar golpes abajo, así dejaba los huecos arriba. Granados bajaba las manos
y García le contragolpeaba por encima con volados. El de derecha fue una
tortura para el púgil de Illinois (con pasaporte mexicano). En el quinto asalto
Granados se volvió a ir al suelo con una derecha recta. La paliza era evidente,
pero resistía. Viendo que debía variar algo su plan para lograr el plan, García
bajó el pistón en el sexto asalto y cuando Granados lanzó más manos en el
séptimo volvió a encontrar un volado de derecha.
No
se fue al suelo en esta ocasión en el de Illinois, pero se arrugó contra las
cuerdas y llegó el vendaval de 'Swift'. El árbitro se interpuso, Granados
protestó, pero era lo mejor para él. Sólo podía empeorar. Danny García lanzó
casi el doble de golpes de poder que él, y tuvo un tino del 33% (por un 19% de
Granados). Los números no mienten. Las sensaciones tampoco. Danny García está
de vuelta para ratificarse como un welter de garantías.
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