jueves, 31 de octubre de 2024

50 AÑOS DEL "RUMBLE IN THE JUNGLE"

 

JOSÉ LUIS HURTADO

En la jungla caben muchas especies. En esta, entre rugidos y maleza, se podían encontrar héroes, villanos, asesinos, promotores, dictadores, estafadores, países reinventados y periodistas. Para esa congregación fue necesario reunir a dos boxeadores, Muhammad Ali y George Foreman, en un punto desconocido del mundo, Kinshasa, la capital de Zaire, sede el 30 de octubre de 1974 de lo que se denominó el mayor evento deportivo de la historia, el pomposo 'Rumble in the jungle', 'La pelea en la selva'. Se cumplen 50 años, 50 asaltos infinitos cuando la campana es la eternidad.

El boxeo poseía en los años 70 la capacidad de poner al planeta pendiente de dos tipos con guantes. Lo que parecía asombroso es que el campeonato mundial de los pesos pesados no se disputase en el Madison Square Garden sino en un rincón perdido en el mapa deportivo. No hay nada imposible cuando en la piscina de pirañas se sumergen dólares, promotores y sátrapas.

La situación era una antología del morbo. Muhammad Ali (Louisville, 1942) ya era en 1974 una de las personalidades sociales y deportivas más relevantes del siglo XX, aunque en ese momento era el aspirante a la corona mundial que poseía George Foreman (Marshall, 1949), de oficio descuartizador.

Ali podía seducir a las piedras con su locuacidad imparable. Su grandeza había sobrepasado los vestuarios y los batines. En 1967 se había negado a ser reclutado para ir a Vietnam. Se le condenó a cinco años de cárcel, se le multó con 10.000 dólares y se le prohibió competir durante tres años y medio. Nunca pisó la prisión porque recurrió la decisión hasta que en 1971 la Corte Suprema le dio la razón por unanimidad.

En el repertorio de Ali cabía el autobombo -"soy el más grande de todos los tiempos"-, la protesta audiovisual -"cada vez que pongo la tele en América ponen a Tarzán"-, la hipérbole fuera de categoría -"he peleado con una ballena y he asesinado a una roca"- o el mensaje médico -"soy tan vil que hago enfermar a la medicina".

Foreman, sin el envoltorio del glamour, sólo se seducía a sí mismo, era un genio del ahorro de palabras y una bestia en adobo que trataba a los rivales como sacos de patatas. Su balance antes de ver cerca a Alí era de 40-0 en victorias y derrotas. Si un boxeador le aguantaba más de tres asaltos era noticia.

La situación se presentaba muy distinta para ambos púgiles. En el 74, Ali no era el bailarín de los 60, el que mareaba a los rivales antes de golpearles. Con 32 años, una inactividad pesada y dos encierros salvajes con Frazier, había perdido agilidad. Se hablaba de que la retirada asomaba en la mente del mito. Foreman, de 25 años, no era Fred Astaire, pero llevaba en la pechera la pegatina de imbatible.

Había que meter en la misma ratonera a los dos gigantes. La idea del combate parecía imposible cuando ambos púgiles pidieron 5 millones de dólares para cada uno por medir sus carrocerías. Los candidatos se iban borrando. No había ningún iluminado que se atreviera a iniciar la aventura. Bueno sí, uno, el atípico Don King.

Antes de ser el campeón del mundo de los negocios en boxeo, Don King ya había flirteado con los barrotes por homicidio. Existía poco o nada en la vida que le asustara. Un día un púgil se le rebeló por un contraste de opiniones. El promotor fue claro: "Si descuelgas el teléfono sé que me pueden matar en media hora; pero si llamo yo, acabarán contigo en cinco minutos". Un tipo tan encantador vio la oportunidad de inundar de ceros su cuenta corriente y de prestigio su alborotada cabellera.

Nada fue lógico antes, durante y después de la velada. Don King propuso África a los dos púgiles. Ali, que veía en el continente el sitio ideal para propagar sus ideales, no veía mayor inconveniente. Foreman puso como condición a Don King que boxearía allí si no anunciaba el acuerdo hasta que resolviera su divorcio. El organizador cumplió y a Foreman no le quedó más remedio que preparar las maletas. "Por cinco millones de dólares me tiro en avión y peleo contra 20 'Alís'", declaró con un romanticismo evidente el campeón.

Para rematar el show Don King necesitaba un cómplice y había contactado con Mobutu Sese Seko, un sanguinario dictador que llegó al poder en 1965 y había cambiado hasta el nombre de su país. De República Democrática del Congo se pasó a Zaire en 1971 porque le apetecía. La capital, Kinshasa, disponía en 1974 de la misma tradición en boxeo que Plutón en baloncesto.

Sin embargo, no existía mejor anuncio de publicidad en el globo que ser la sede de un Foreman-Ali. Mobutu percibió la ocasión perfecta para blanquear su gestión en una época en la que algunas zonas africanas eran desconocidas. Si Alí y Foreman aceptaban pelear allí es que allí no había peligro.

Zaire, primer productor mundial de cobalto, probaba poco a poco la medicina de su mandamás. Mobutu, preocupado por todo menos por el boxeo, acumulaba cientos de decisiones inauditas, una manera de proceder que se bautizó como 'Mobutismo'.

Mientras desplumaba a su país, el presidente había prohibido los nombres cristianos para cambiarlos por africanos. En su delirio llegó también a prohibir a Santa Claus. Se preocupó tanto por el transporte que la aerolínea Air Zaire se quedó sin sus dos grandes aparatos porque Mobutu se quedó en propiedad un Boeing 747 y un DC-10 fue a parar por el dedo mágico a su esposa. En la televisión zaireña, una especie de 'TeleMobutu', sólo podía .

El lugar elegido para el combate fue el Estadio 20 de mayo. En el recinto se barruntaba que se almacenaban torturas y desaparecidos. Mobutu aplicaba la selección natural en su territorio: 'este sí, este no, este sí, este no', una lotería macabra para todos los públicos. Mientras, Don King, preocupado por otros asuntos, ataba el combate, fijado en principio para el 25 de septiembre de 1974. Esa fecha necesitó un salvavidas.

Don King soñaba con el pastel que había fabricado. Zaire era la coartada perfecta para mostrar que el deporte se preocupaba de los derechos civiles. El organizador fijó la hora del combate para las 3 de la madrugada en Zaire, la franja ideal de máxima audiencia en Estados Unidos, donde se iba a ver el acontecimiento en circuito cerrado de televisión, previo pago, en más de 400 recintos distribuidos por el país.

Los dos boxeadores se plantaron en Zaire donde tan rápido como sus puños exhibieron sus diferentes estrategias. Ali, un apóstol de las relaciones públicas, expandía su mensaje mesiánico y hacía que hasta los niños se aprendieran el 'Ali Bumaye' (Alí mátalo), que pasó a ser un grito más en la selva. Por arte de lengua parecía que el único negro que iba a pelear era él. 

Foreman, más tieso que su oponente, sin dar titulares grandilocuentes, se presentó en Kinshasa con su inseparable pastor alemán, la mascota preferida por las autoridades belgas que habían ejercido de colonos sobre los zaireños. El tacto del campeón del mundo podía mejorar. Por incomparecencia, tiró la toalla en la refriega diplomática. 

A la vez, como señuelo, Don King organizó en el estadio unas semanas antes un festival musical con la presencia de leyendas como James Brown y B.B. King. Con los dos boxeadores en Zaire todo estaba preparado menos el azar de un entrenamiento. El 16 de septiembre, nueve días antes de la pelea, cuando Foreman se sacudía con un sparring, un movimiento de un codo de éste abrió la ceja derecha del campeón.


El pánico se olía en la jungla. El circo estaba en peligro. Se examinó la herida de Foreman, suficiente para no poder pelear. La suspensión no estaba en el programa. El aplazamiento llevó el combate al 30 de octubre. No se quería que Foreman abandonara el país por si no volvía. Aguardaban otras seis semanas en Kinshasa. Tiempo suficiente para que Ali le dijera a Foreman "imbécil, no eres nada, eres muy feo".

La espera no enfrió la expectación. Los más de 800 periodistas acreditados se dividieron entre aguardar en Kinshasa o hacer una escala en casa antes de regresar a África. Mobutu dispuso de más tiempo para exhibir su aparato de propaganda. En las calles carteles gigantes proclamaban: 'Si Ali y Foreman tienen confianza en Mobutu, vosotros haced como ellos, tened confianza en Mobutu'; 'Un combate entre dos negros, en un país de negros, organizado por negros y visto por el mundo entero. Una gran victoria del 'mobutismo'.

Los boxeadores alternaban la preparación privada con exhibiciones públicas y actos con Mobutu, encantado en su papel de supervisor del evento. Con las apuestas inclinadas con claridad hacia Foreman llegó la sesión de pesaje ante 12.000 espectadores. Ali, con su 1,91, dio 103 kilos; Foreman, de 1,92 y una marca en la ceja derecha, acreditó 110 en la báscula.

El combate se acercaba. En el estadio se terminaba la instalación de una carpa para proteger el ring de una posible lluvia. Daba igual que la pelea sólo la vieran bien los de las primeras filas. No era un país apto para las protestas. Mobutu había decidido no acudir. Se habían vendido las 60.000 localidades disponibles con precios entre los 10 y los 250 dólares.

El día de la pelea el equipo de Ali comprobó que las cuerdas del cuadrilátero eran un desastre porque estaban tan blandas que si alguien se protegía en ellas podía caer hacia atrás. Con libertad, se pusieron a tensar los cordajes y a echar resina sobre el suelo, que resbalaba.

En horario para noctámbulos, Ali y Foreman llegaron al estadio. El aspirante fue el primero en llegar al ring. El campeón le hizo esperar más de un cuarto de hora. Cuando el árbitro, Zack Clayton, les pidió que se acercaran para instruirles, Alí comenzó la batalla psicológica con burlas a su oponente, que lo único que quería era despedazarle antes de terminar los 15 asaltos fijados.

Así comenzó la pelea. Ali pegó primero ante la sorpresa del público. Foreman reaccionó poseído por el odio, una actitud que no abandonaría en toda la noche. Alí, que no era por razones de calendario el boxeador mandón, danzarín y pegador de su primera época, se había adiestrado en los últimos años para resistir palizas, un empleo con efectos secundarios.

Durante varios asaltos, ante el asombro del cosmos, Ali se refugiaba sobre las cuerdas en una táctica que quedaría patentada como 'rope a dope'. El aspirante cubría su cara con los guantes y su cuerpo con los codos. Mientras, Foreman, en una catarata desordenada de golpes marcados por la ira y el desorden, se desgastaba en una ceremonia que parecía la que luego reflejó Stallone en Rocky con los terneros en la cámara frigorífica.

Foreman pegaba, pegaba y pegaba. Alí esperaba, esperaba y esperaba. De vez en cuando lanzaba sus puños para golpear con nitidez a un campeón que no contaba con el arte de esquivar entre sus habilidades.

En el sexto asalto el combate hablaba como Alí. "¿Esto es todo lo que tienes?", le decía a un Foreman harto de pegar sin dividendos. Las piernas empezaban a fallarle al campeón antes del asalto que entró en la historia de la televisión, la literatura y el boxeo.

En el octavo asalto, con ese panorama, Ali volvía de vez en cuando a las cuerdas, las cómplices de su estrategia. Por entonces, Foreman lanzaba los puños con la fuerza del que quiere espantar una mosca. En un arrebato, Alí vio a la presa desprotegida, fabricó una serie letal y con un derechazo derrumbó a Foreman, que se desplomó como un borracho en un pilón. 'Alí, bumayé'. No, Alí no le mató, sólo le destruyó. El New York Times describió así la escena: "...una abeja golpeó a un león".

Tras esa combinación, una de las más legendarias de la historia del boxeo, Alí se convertía en el segundo púgil de la historia en recuperar el título de los pesos pesados tras Floyd Patterson. Con el intercambio de trompazos se abrió la válvula de las interpretaciones en ambos púgiles. Ali exhibió su mítica sencillez: "Alá me dio fuerzas, sin él no soy nada. Soy el más grande de todos los tiempos. Ya lo había dicho. Foreman golpea como un niño, no me ha hecho el menor daño. En cada asalto sus golpes se volvían más lentos. Era un título que me habían robado".

Foreman se retrataba "devastado" y con el ADN desordenado alimentó teorías confusas al protestar porque "el ring estaba empapado y blando. Parecía una lona de lucha libre. Además, me levanté antes de que el árbitro contara hasta '10'. Al menos admitía que en la combinación que le tumbó "no había nada ilegal".

El árbitro, Zack Clayton, desvelaría diversos mensajes de Ali a Foreman durante la pelea. "¿Cómo me llamo, mariquita?", fue uno de ellos. En otro momento le espetó "pareces cansado, este es el peor lugar para cansarse, jovencito".

Ante la expectación por el acontecimiento, MARCA, que costaba ocho pesetas, lanzó ese 30 de octubre una edición especial de madrugada con el titular grande en portada de "Foreman, k.o. en el octavo asalto". En el antetítulo se resaltaba "el título vuelve a Clay". El día 31 el diario también destacaba en su portada el desenlace del combate.

El 1 de noviembre, Manuel Alcántara, maestro de escritores y periodistas y excepcional cronista de boxeo, mostraba su desencanto en una página en MARCA titulada 'El boxeo, de la Ceca a la Meca'. Para Alcántara, que recelaba del epílogo de la pelea e insinuaba que se debía a un apaño para una futura revancha, "el ring era antes un cadalso y ahora es un teatrillo... Todo ha cambiado en los úlltimos tiempos y los miles de dólares que inundaron Kinshasa, flotando en el aire como hojas secas, representan el otoño del pugilismo. Lo único que está mal es el boxeo...". El escritor describía a "un Clay sin piernas, un ex bailarín, todavía celérico de brazos, frente a un resoplante mastodonte".

Años después, Foreman, admitió de otra forma la derrota y se plegó ante el mito. "En el tercer asalto le di a Ali el golpe más fuerte que jamás le di a cualquiera. Me miró como diciendo 'no voy a dejar que me lastimes'. Me quemé. Cuando eres joven deseas ganar por k.o. Cuando llaman a Alí el más grande y la gente se pone de pie y le ovaciona a su paso es porque se lo merece".

Un acontecimiento colosal debía dejar réplicas colosales. El documental 'When we were kings' producido en 1996 ganó el Oscar en su categoría en 1997. La obra, una joya audiovisual, recoge imágenes -incluidas las del festival musical- y testimonios de lo que fue la gestación y desarrollo de la batalla de Kinshasa.

Entre el material literario que surgió tras el evento destaca un libro como 'El combate', escrito por Norman Mailer, uno de los santones de la escritura, ganador de dos Pulitzer, que presenció en Zaire todos los avatares que rodearon al acontecimiento.

Jaime Ugarte, periodista, apasionado del boxeo, recuerda medio siglo después la huella de aquel combate. "La sensación era la de estar viendo en televisión algo histórico. No era tan raro llevarlo fuera del Madison o Atlantic City, por ejemplo el Foreman-Frazier se organizó en Kingston, Jamaica. Ali decía que si un país quería ser famoso que le organizara un combate".

El especialista añade que trasladar "ese combate al corazón de África sólo podía ser cosa de alguien como Don King, un adelantado, sin entrar en detalles de su faceta personal. El acontecimiento montado era de una magnitud impresionante. Los 5 millones de dólares para cada boxeador eran una barbaridad".

Ugarte se centra en la figura de Ali, "alguien que trascendía el deporte. Un día le vi en el Madison Square Garden, ya retirado y enfermo, y a su paso se le trataba como un Dios viviente. Era una personalidad 'hors categorie', (fuera de categoría), como se diría en el Tour. Recuperar el título después de estar tres años y medio sin pelear demuestra una fuerza mental y física impresionante. Imagina a Pogacar tres años sin competir".

Sobre el combate y la estrategia, Ugarte estima que la exhibida por Ali "fue suicida, quedarse ahí en las cuerdas ante Foreman, un asesino en potencia, fue una solución kamikaze. Los pesos pesados, con ese tonelaje, se van quedando vacíos y fue lo que le pasó a Foreman, que se volcó en ganar por k.o, en pegar a Ali con todo, con esa manía que le tenía. Llega un momento en el que Foreman se desmoraliza y piensa ¿este tío cómo me aguanta? Alí demostró que era de hierro. Eso es sólo para elegidos".

El desenlace lleva a Ugarte a recordar cómo "antes de la pelea había una sensación de peligro real para Ali, se pensaba que ese tío lo podía matar. Como dice Garci, el mejor boxeador de la historia fue Cassius Clay, antes de su cambio de nombre y todo lo que le pasó. En el 74 ya no tenía la velocidad de su primera época, de antes de la sanción. Cuando peleaba todavía como Cassius Clay era imbatible. Era un visto y no visto la forma en la que se movía y pegaba". Ugarte asegura haber visto el combate "más veces que Casablanca, cada vez sacas algo nuevo".

El cineasta y escritor José Luis Garci, apasionado del boxeo, recuerda que el combate lo vio "por televisión ese mismo día. Puso a África, el que era en ese momento el continente olvidado, en el mapa. Clay, porque yo siempre le llamé así, llegó allí como el negro bueno". 

El desarrollo de la pelea impacta medio siglo después. Para Garci "todo fue un poco misterioso. Cómo dejó Clay que Foreman, que era un pegador extraordinario, le pegara así y que aguantara tanto. Y luego llega el k.o. impresionante y la caída de Foreman desplomándose".

La figura de Ali representaba -apunta Garci- "la contracultura y la contestación americanas. Como Clay fue el mejor peso pesado de la historia, cómo se movía, con esa precisión, era espectacular. Como Alí era buenísimo, pero ya era otra cosa". 

La táctica de Ali sigue en la cocina del debate. Garci incide en que la pelea "fue misteriosa. No sé por qué lo hizo. Igual pensó, voy a esperar a que Foreman se desahogue y este le pegó por todos los sitios que pudo. Yo pensaba, ¿pero cómo va a seguir Alí así?. El otro se agotó y se acabó la pelea. El secreto de por qué lo hizo se lo llevó Ali a la tumba".

Hay combates que se quedan dentro de un boxeador por las consecuencias físicas. Garci estima que la de Kinshasa "se quedó dentro de Clay". Para el cineasta la contienda de Kinshasa está "entre las diez mejores de la historia, pero la mejor es la de Ali-Frazier en Manila. Esa fue increíble, la épica en estado puro".

Una pelea descomunal dejó secuelas deportivas, físicas y espirituales. Alí sobrevivió a un combate sangriento con Frazier, el 'Thrilla in Manila' celebrado en 1975. No pudo cumplir su deseo cuando decía "no me retiraré del boxeo con cicatrices, con las orejas como un par de coliflores y la nariz aplastada". Se retiró en 1981 cuando ya asomaban síntomas del Parkinson.

Para Foreman la vida tras la derrota se convirtió en un laberinto. Tardó casi dos años en volver a pelear. En 1977 se retiró, se agarró a Dios como salida de emergencia y comenzó a ejercer como reverendo. En 1987 anunció su regreso y en 1994 se proclamó campeón del mundo con 45 años, el más viejo de la historia.

Mobutu Sese Seko fue derrocado en la primavera de 1997. Huyó cuando se calculaba que en su labor de pillaje había acumulado una fortuna de 5.000 millones de dólares. Murió en Marruecos en septiembre de 1997 cuando Zaire ya se llamaba de nuevo República Democrática del Congo.

El Estadio 20 de mayo se llama ahora Tata Raphael, a nadie se le ocurriría ahora organizar un Mundial de boxeo en la República Democrática del Congo, Ali murió en 2016 en el trono de su reconocimiento universal como figura deportiva de todos los tiempos y nunca hubo una revancha de la pelea de la que se sigue hablando 50 años después.

lunes, 21 de octubre de 2024

JENNIFER MIRANDA, A UN PASO DEL TÍTULO MUNDIAL

MARCA.com

Jennifer Miranda (12-0-0, 1 KO) está un paso más cerca de su tan ansiado combate contra Amanda Serrano por el título absoluto del peso pluma de la Asociación Mundial de Boxeo (WBA), tras retener esta noche su cinturón de campeona mundial interina frente a la aspirante Teresa Almengor.

La gaditana de 38 años se ha impuesto a la panameña en el Teatro Las Vegas de Madrid por decisión unánime (100-90 y uno 100-89). Para Almengor la pelea llegaba tras un año y medio sin subir al ring, mientras que Miranda ha realizado parte de la preparación para dos últimas peleas en Estados Unidos y acudía en su mejor momento, arropada por su equipo de 'The Boxer Club'.

El jab fuerte y al pecho de Miranda fue clave y logró mantener alejada a su rival. Buenos golpes de la española a al cuerpo y cruzados al rostro. Almengor en varias ocasiones intentó encerrar a su oponente, pero la 'Tormenta' Miranda con su mejor boxeo lograba salir y llevar de nuevo el combate al centro del ring.

“Estoy muy feliz, esta es posiblemente mi última pelea en España”, dijo la campeona interina al terminar. En el horizonte para Miranda está Amanda Serrano, aunque podría haber un giro importante de los acontecimientos, pues la pelea contra la puertorriqueña podría no darse. Esta tiene una revancha programada contra Katie Taylor en noviembre y en función de resultado podría optar por dejar el peso pluma, donde lleva una año sin competir. De hecho, la campeona interina WBA podría ser elevada a absoluta. Toca esperar acontecimientos. 

martes, 15 de octubre de 2024

POLÉMICA TRAS EL BETERBIEV-BIVOL


ENRIQUE MELLADO

Artur Beterbiev (21-0, 20 KOs) y Dmitry Bivol (23-1, 12 KOs)) brindaron una gran espectáculo a los espectadores el sábado pasado en una pelea que convirtió al primero en campeón indiscutido del semipesado, algo que no se veía desde Roy Jones Jr. Sin embargo, el resultado, una decisión mayoritaria (114-114, 115-113, 116-112) a favor de Beterbiev, sigue sin convencer a muchos.

La pelea fue bastante cerrada y tuvo a Bivol muy entonado en la primera mitad de la misma. El púgil que derrotó a Canelo se movió bien, mostró una férrea defensa y lanzó los golpes más claros y contundentes. Sin embargo, la presión de su rival fue constante, aunque sin llegar a ser tan efectivo como le hubiera gustado. El ruso-canadiense, que hasta entonces tenía un pleno de KOs en su carrera, incluso se mostró contrariado con su rendimiento tras bajar del ring pese a llevarse el premio gordo.

"Por supuesto que fue una pelea difícil. Dmitry es campeón del mundo y tiene mejores habilidades que yo. No lo hice bien hoy, no me gustó esta pelea. No fue fácil, fue un poco incómoda”, afirmó Beterbiev, quien es partidario de una revancha: "Si Su Excelencia (Turki Alshikh) lo quiere, lo haremos". El citado Alshikh salió tan entusiasmado que dijo que era "uno de los mejores combates de los últimos 20 años", si bien expresó que no estaba nada contento con las puntuaciones.

Curiosamente, Bivol dijo que simplemente aceptaba el resultado y que prefería mirar hacia adelante. En cualquier caso, su representante ha anunciado que presentará una quejar formal contra el juez del combate Pawel Kardyni, quien otorgó un 116-112 favorable a Beterbiev.

El caso es el representante Vadim Kornilov se ha mostrado muy duro y habla incluso de un complot: "Creo que el juez tiene que tener al menos algún tipo de responsabilidad por lo que hizo. Se está volviendo muy destructivo para el boxeo lo que están haciendo. Estos [organismos sancionadores] tienen supervisores, los supervisores son amigos de los jueces, se les ve abrazando a los promotores, está empezando a parecer un complot… Uno de los supervisores estaba tocando a los hombres de Top Rank y felicitándolos antes de anunciarse la decisión. ¿De qué se trata? ¿Qué tipo de relación de amigos tienen allí? ¿Dónde está el profesionalismo en el deporte?”.

Todo esto, que por desgracia forma parte de la salsa del boxeo, nos recuerda por ejemplo al resultado del Sandor Martín contra Teófimo López, cuya decisión no sólo fue desacertada, sino que se demoró mucho más de habitual y se apreció cierto amiguismo con la esquina del finalmente vencedor. Pero han sido muchos los grandes combates de las últimas décadas que han estado salpicados de polémica debido a sus puntuaciones y aquí destacamos algunos de ellos.

En este sentido, la primera pelea que a quien suscribe estas líneas le viene a la cabeza es la de Hagler contra Leonard (se la llevó 'Sugar' por decisión dividida y 'Marvelous' no quiso saber nada del boxeo tras ese resultado); después vendrían las dos primeras de Canelo contra Golovkin (los 'anticanelo' fueron muy ruidosos). Incluimos también la de Josh Taylor frente a Jack Catterall, porque nadie daba un duro por el aspirante y para muchos tendría que haberse proclamado nada menos que campeón indiscutido. ¿Recuerdan a 'Maravilla' contra Cintron? Ya no sólo sus polémicas puntuaciones, sino cómo en el séptimo asalto Cintron no se levantó del conteo hasta que el árbitro llegó a 10 y le dejaron seguir. Lennox Lewis todavía hoy recuerda cómo el último juez marcó un 115-113 para Holyfield y empataron la pelea. Tanto él como Manny Steward hablaban de robo. 


Algunas de las decisiones más polémicas de las últimas décadas:

- Marvin Hagler vs Ray Leonard

- Vasyl Lomachenko vs Devin Haney

- Canelo Álvarez - Gennady Golovkin 1

- Julio César Chavez- Meldrick Taylor

- Floyd Mayweather - José Luis Castillo 1

- Pernell Whitaker - Julio César Chávez

- Manny Pacquiao - Tim Bradley

- Josh Taylor - Jack Catterall

- Lennox Lewis - Evander Holyfield 1

- Antonio Margarito - Miguel Cotto 1

- Sergio Martínez - Kermit Cintron

miércoles, 9 de octubre de 2024

BETERBIEV-BIVOL, EL COMBATE DEL AÑO

 

MARCA POLIDEPORTIVO

PEDRO DE PABLOS

El próximo 12 de octubre, el Kingdom Arena volverá a ser la sede de otro de los combates del año en el mundo del boxeo, como viene siendo habitual desde que Arabia Saudí decidiese invertir en este deporte. En esta ocasión, Dmitry Bivol (23-0-0, 12 KO) y Artur Beterbiev (20-0-0, 20 KO) unificarán los cinturones del peso semipesado gracias a Turki Al-Sheikh, que está siendo el encargado de llevar a cabo los combates soñados por los fans. Por si fuera poco, el vídeo promocional para dicho combate parece el tráiler de una película. 

En el mismo, se puede ver al ruso y al kirguís liderando su propio ejército en busca de conseguir una corona, en medio de una guerra encarnizada en las montañas. Además, el propio vídeo hace énfasis en que solo quedará un invicto, entre dos púgiles que están preparados para morir en el intento. No es la primera vez que se hace esto para un evento organizado por Riyadh Season, ya que para el 'Six Kings Slams' de tenis el tráiler fue incluso más impactante, siendo uno de los mejores de la historia del deporte rey de la raqueta. 

A pesar de no ser dos peleadores muy mediáticos, el combate en sí es una delicia para los aficionados al boxeo. Beterbiev tiene en su haber 20 KOs en sus 20 combates profesionales, lo que le convierte en una máquina de destrucción que arrasa todo a su paso. Entre las víctimas que han conocido el poder de sus puños están nombres conocidos como Callum Smith, Joe Smith Jr o Marcus Browne.

Por otro lado está Bivol, cuyo nombre es más conocido entre los fans más casuales debido a su victoria ante Saúl 'Canelo' Álvarez hace 2 años. El púgil procedente de Kiriguistán destaca por la rapidez en sus puños y sus largas combinaciones, a lo que se suma su capacidad noqueadora que volvió a sacar a relucir en su último combate ante Malik Zinad el pasado junio. Dicho combate ya tendría que haber sido ante Beterbiev, pero una lesión del ruso obligó a posponerlo, lo que Bivol aprovechó para seguir sumando minutos en el ring y reencontrarse con su mejor pegada. 

El combate estelar será solo la guinda del pastel a una velada llena de nombres propios. Al ser en Arabia Saudí, el evento comenzará a las 19:00h -horario peninsular-, y la pelea entre Bivol y Beterbiev se espera que sea para las 00:00h. Toda la cartelera se podrá ver a través de DAZN, donde se verán combates de la talla de Ben Whittaker (8-0, 5 KOs) vs Liam Cameron (23-6, 10 KOs). El púgil británico es una futura estrella en proceso de crecimiento, y cada vez que se sube al ring es para protagonizar un espectáculo. Fintas, esquivas y golpes es lo que propone 'Benzo' cada vez que sube al ring, algo que estará asegurado de nuevo en esta ocasión. 

La cartelera es de tal magnitud que habrá cinco peleas con un título en juego. Tras sus dos grandes combates ante Liam Smith -una victoria por KO para cada uno-, Chris Eubanks Jr (33-3, 24 KOs) se enfrentará esta vez a Kamil Szeremeta (25-2, 8 KOs) con el el título IBO del peso medio en juego. En la categoría de peso pluma femenino, las invictas Skye Nicolson (11-0, 1 KO) y Raven Chapman (9-0, 2 KOs) pelearán por el título CMB en la única pelea entre mujeres de la cartelera.

La tercera pelea más importante de la velada será entre Fabio Wardley (17-0-1, 16 KOs) y Frazer Clarke (8-0-1, 6 KOs) por el título británico de los pesos pesados. Este combate ya tuvo lugar el pasado 31 de marzo en el O2 Arena, sellándose con un empate, por lo que este choque servirá para saldar cuentas y determinar de una vez por todas quién es el campeón. Por último, Jai Opetaia (25-0, 19 KOs) y Jack Massey (22-2, 12 KOs) protagonizarán el evento coestelar de la tarde-noche, jugándose el título FIB del peso crucero en la cuarta pelea pelea entre invictos de la cartelera, lo que hace preveer que este próximo 12 de octubre será un día histórico para el boxeo y todos sus aficionados. 

lunes, 30 de septiembre de 2024

LA REVANCHA DUBOIS-JOSHUA, MÁS CERCA

 

VICENTE BELTRÁN

Después del gran espectáculo que nos depararon en su primer combate por el Campeonato IBF en un estadio de Wembley repleto hasta la bandera con 96,000 espectadores, no podía ser de otra manera. Daniel Dubois y Anthony Joshua ya han vuelto a encender motores hacia una revancha que vuelva a darles muchos minutos de prensa, y por qué no decirlo, mucho dinero.

En este caso, el primero en salir a la palestra ha sido Frank Warren, presidente y fundador de la promotora de la pelea Queensberry Promotions quien, en entrevista con el canal de televisión TNT, dijo: "La pelea está ahí. Si la quieren, la tienen, la tienen en un abrir y cerrar de ojos; sólo tienen que pedirla. La próxima pelea de Dubois será en febrero y en una o dos semanas sabremos quién se enfrentará al campeón".

En lo que respecta a los boxeadores a nivel individual, Warren no tuvo más que buenas palabras, reconociendo el trabajo llevan realizando en los últimos tiempos: "Se han dicho muchas cosas malas sobre Joshua, cosas contra las que él ha tenido que batallar en su cabeza y no creo que se haya sido justo con él. En los últimos 12 meses se ha enfrentado a varios boxeadores de grandísimo nivel, estamos hablando de boxeadores que tienen campeonatos o que han sido campeones mundiales: Usyk, Miller, Hrgovic..."

Con respecto a Dubois y a su trabajo durante el combate hasta el quinto asalto se pronunció diciendo: "Nunca leí en ningún lugar que alguien dijera o escuchara en ninguna parte que Dubois iba a ganar la pelea. Al final lo que hicieron fue motivarle más; ese tipo de cosas pasan. Incluso cuando AJ le golpeó en el penúltimo asalto con el gancho; pensé que le tenía, pero el último fue una cosa de locos, una lotería; como tirar los dados. Se tantearon, se estudiaron y se golpearon y aunque AJ tiene un buen mentón fue Dubois el que remató el negocio", dijo Warren para acabar con un:

"Fue fenomenal. Siempre he dicho de él que puedes abuchearlo cuando entra en escena pero siempre le aplaudirás cuando se baje del ring". A pesar de todo, Dubois sabe que tiene que seguir mejorando de cara al próximo combate: "Quiero hacerlo mejor la próxima vez. Sé lo que necesito mejorar y como campeón y como luchador solo quiero demostrar que la gente está equivocada. Creo que lo voy a hacer mucho mejor de lo que hice en la última pelea. Fue un gran espectáculo, una pelea tipo 'Rocky', pero la próxima vez creo que seré más preciso, y lo haré todo mejor", agregó Dubois.

jueves, 26 de septiembre de 2024

SANDOR MARTÍN: "EL MUNDIAL PODRÍA SER EN DICIEMBRE"

 

CRISTINA PARRA

AS.com

Sandor Martín (42-3-0, 15 KO) fue uno de los protagonistas de la visita de Mauricio Sulaimán y el Consejo Mundial de Boxeo (CMB) al Emporio Boxing, gimnasio que ha sido nombrado centro de alto rendimiento del organismo. El español disputará el título mundial el peso superligero con Alberto Puello (23-0-0, 10 KO) tras un tiempo esperando la gran oportunidad y siendo el número uno en el ranking. Todavía no hay fecha ni sede oficial, pero tanto él como el presidente del Consejo, apuntan a diciembre.

“Estamos esperando que lo hagan oficial los organismos competentes y la promotora que se encarga del evento. Y a partir de ahí ya se anunciará y se sabrá todo”, reveló Sandor a AS después de la presentación de la entrega de la placa a Emporio Boxing, uno de los movimientos que acelerará el crecimiento del boxeo español a nivel internacional. Desde Estados Unidos, apuntan a que la disputa titular del catalán será el combate coestelar de la próxima velada de Gervonta Davis (30-0-0, 28 KO), ya que Tank y Puello comparten promotora, PBC, y la sede podría ser Las Vegas.

Sulaimán marcó diciembre como la ansiada fecha. “Tenemos una fecha tentativa de noviembre, pero por diferentes motivos parece que se va a aplazar. Todo apunta a que se podría dar en diciembre, pero como digo, hasta que no lo hagan oficiales, no se anuncie, pues no es algo que podamos decretar”, contó Martín. La oportunidad está cerca y el camino ha sido largo. Sandor fue nombrado número uno del ranking cuando Regis Prograis (29-2-0, 24 KO) todavía era el dueño del cinturón, para finales de 2023. Devin Haney (31-0-0, 15 KO), que venía de proclamarse campeón indiscutido del peso ligero, se saltó la cola y le arrebató el título a Rougaru.

Sandor esperó con paciencia. Haney quería una bolsa grande, por lo que pidió a Ryan García (24-1-0, 20 KO). El combate fue un show, King Ry se pasó de peso y dio positivo en dopaje, su victoria (Devin no perdió el cinturón porque García no cumplió con la báscula) pasó a ser un No Contest y fue sancionado un año. El CMB ordenó la defensa del título con el español, que ganó la subasta, pero Haney fue nombrado campeón en receso, por lo que Puello ascendió de campeón interino a absoluto. Los nombres previos llamaron la atención del catalán, que se hubiese medido contra dos púgiles tops. “Al final, el aura mediática también importa, evidentemente. Son dos boxeadores que son estrellas mundiales y me hubiese encantado, pero el boxeo se da como se da, entonces yo lo que estoy centrado es en la oportunidad de ser campeón del mundo”.

A pesar de que el nombre de Puello no pueda sonar a algunos aficionados del boxeo español, Sandor no lo infravalora. “Es un grandísimo boxeador, ha ganado a boxeadores de la talla de (Botirzhon) Akhmedov, (Jonathan) Alonso, a Gary Antoine Russell... Contra pronóstico. Se le ha menospreciado en algunos momentos de su carrera y la realidad es que está invicto”, explica. Además, fue monarca de la división de la Asociación Mundial de Boxeo (AMB). “Es un boxeador inteligente, completo, que sabe caminar bien el ring, sabe lo que hace. Pero creo que tengo las herramientas para ganarle”, sentenció Martín.

Este tiempo “extra” que ha tenido para preparar el encuentro le ha hecho llegar siendo su mejor versión, y lo ha gestionado “con mucha filosofía y con mucha resiliencia”. “Una de las personas con las que hablé fue con Javi Castillejo y me dijo que a él le pasó algo parecido y que aprovechase ese tiempo para convertirme en mejor boxeador y eso es lo que he tratado de hacer. Intentar sacar una mejor versión de mí que se vea reflejado en el campeonato del mundo”.

“Llego en un punto de madurez y de preparación muy sólido, muy decidido, con mucha confianza y sabedor de lo que supone este reto y esta empresa, no solo para mí, sino para el boxeo nacional de poner a un campeón mundial a los ojos de todo el mundo”, apuntó Sandor. La apuesta de Sulaimán, que asegura que el peso del boxeo español está en sus hombros, podría incluso traer una defensa a España si el catalán se hace con el cinturón antes de que termine el año. “Únicamente quiero respaldar con hechos esas palabras y convertirme en el nuevo campeón”, sentenció.

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DANIEL DUBOIS NOQUEA A ANTHONY JOSHUA

CRISTINA PARRA

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Daniel Dubois (22-2-0, 21 KO) puso su nombre en el punto de mira después de noquear a Anthony Joshua (28-4-0, 25 KO) el pasado sábado. Ante un Estadio de Wembley que tuvo que colgar el cartel de ‘Sold Out’ de sus 96.000 localidades, retuvo su título de los pesos pesados de la Federación Internacional de Boxeo (FEB) mandándolo a la lona en prácticamente cada asalto. Sus planes de futuro son interés de todo el mundo del boxeo.

Una revancha con Joshua y una unificación de la división con el vencedor del encuentro entre Oleksandr Usyk (22-0-0, 14 KO) y Tyson Fury (34-1-1, 24 KO) del 21 de diciembre en Arabia Saudí. Esos son los planes que tiene Dubois tras retener el título que “heredó” del ucraniano, después de que este lo dejase vacante y él ascendiese de campeón interino a absoluto. Frank Warren, promotor de Queensberry Promotions, reveló que el campeón “no tiene una revancha en su contrato, pero sí hay una en el contrato de AJ”. “No tengo ningún problema con una revancha si quieren hacerlo y los términos están bien. Pero es demasiado pronto. Tiene que saborear el momento. Ha demostrado lo que puede ofrecer al pelear este año contra cuatro peleadores de renombre mundial”, explicó Warren a talkSPORT.

Dubois recibe la revancha con los brazos abiertos. “Quiero hacerlo aún mejor la próxima vez. Sé dónde tengo que mejorar también, así que, como campeón y luchador, quiero demostrarle a la gente que se equivoca cada vez y eso es lo que hemos estado haciendo”, contó a la misma plataforma el monarca de los pesos pesados. Ya en el primer asalto, Dynamite mandó a la lona a Joshua con un gancho de derecha y, excepto en el segundo, AJ visitó la lona en todos los rounds. El árbitro lo paró en el quinto, tras otra mano agónica que le dejó tambaleándose en el suelo. “Creo que sí, puedo hacerlo mucho mejor. Fue una gran actuación, pero la próxima vez creo que seré más efectivo, más preciso, en todo”.

Dubois tiene en mente a Joshua, pero también a otros dos boxeadores que estuvieron en primera fila viendo el encuentro sin perder detalle. Usyk y Fury se medirán por segunda vez el 21 de diciembre en Arabia Saudí como revancha de la unificación de los pesos pesados que se llevó el ucraniano. El segundo encuentro iba por contrato, y Oleksandr dejó vacante el cinturón de la FIB, ya que no quería defenderlo antes de volver a medirse con el británico.

“Me encantaría una revancha, pero cualquiera de las dos realmente, quien me pague más dinero”, reconoció Dubois. El de Londres ya se había enfrentado a Usyk en julio del año pasado, y cayó por un controvertido KO en el noveno asalto. En el quinto, el ucraniano recibió un golpe en el cuerpo que fue muy polémico, ya que muchos defienden que sí que fue legal y que tendría que haber perdido en ese momento. El árbitro lo interpretó como que fue por debajo de la zona permitida, así que le dio tiempo de recuperación. “No pensé que fuera un golpe bajo. Pensé que había acertado y que me habían privado de la victoria esta noche”, contó el británico tras el pleito, que supuso su segunda derrota como boxeador profesional.

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